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Hogares cuyo sostén es la mujer: cuando ella gana más aumenta la probabilidad de infelicidad

abril 25
02:44 2013

Nuevos estudios demuestran cómo los papeles asignados al hombre y a la mujer afectan a los ingresos y hacen que los matrimonios sean menos felices

bertrand_chicago

A pesar de todos los avances conseguidos por las mujeres en las décadas pasadas, en educación, incorporación al trabajo e ingresos, la desigualdad entre hombres y mujeres sigue existiendo. Un estudio realizado por Marianne Bertrand, catedrática de Economía de la escuela de negocios Chicago Booth (Universidad de Chicago), sugiere que esto puede deberse a normas sociales, especialmente las expectativas de la sociedad de que la mujer debe ganar menos dinero que el marido.

En un nuevo estudio escrito conjuntamente con Emir Kamenica, profesor asociado de Economía en la misma escuela, y Jessica Pan, profesora asociada de la Universidad Nacional de Singapur. El estudio realizado revela que la norma social de que “un hombre debe ganar más que su mujer” afecta a todo, desde el porcentaje de matrimonios, hasta las tareas domésticas, pasando por el tiempo que una mujer casada trabaja fuera de casa. Además, las mujeres que se desvían de esta norma pagan un precio social.

En Estados Unidos ha empezado a ser común que las mujeres ganen más que sus maridos. Este es el caso del 24% de las parejas donde ambos cónyuges tienen entre 18 y 65 años, según los datos del estudio American Community Survey de 2010.

Pero precisamente la norma común es lo que sigue representando un desafío, tal y como han demostrado los investigadores. Su estudio ha revelado que el porcentaje de matrimonios desciende cuando la mujer tiene posibilidad de ganar más que el marido. Entre adultos de edades comprendidas entre los 25 y los 39 años, el porcentaje de matrimonios ha descendido aproximadamente de un 81% en 1970 a un 51% en 2010.

Cuanto más dinero, más infelicidad

Y, cuando la mujer gana más, aumenta su probabilidad de infelicidad. A partir de los datos de 4.000 parejas casadas, los investigadores demuestran que el porcentaje de gente que manifiesta ser “muy feliz” en sus matrimonios desciende cuando la mujer gana más que el marido. Aunque cerca del 50% de las mujeres y los maridos admiten estar muy felizmente casados, existe una probabilidad un 6% menor de que ambos cónyuges manifiesten ser “muy felices” en su matrimonio cuando la mujer gana más. Además, existe una probabilidad un 8% mayor de que admitan haber tenido problemas conyugales el año pasado y un 6% mayor de que comuniquen haber hablado de separarse el año pasado.

Por otro lado, parece que tiene un efecto sobre el porcentaje de divorcios, ya que, según el estudio, que la mujer gane más que su marido “aumenta la probabilidad de divorcio en un 50%”.

Cuando una mujer trabaja fuera de casa, es probable que acabe trabajando menos para parecer menos amenazadora de cara a su marido”, comenta Marianne Bertrand. “Al decantarse por trabajos menos exigentes y de menor remuneración, o por media jornada, las mujeres distorsionan los resultados del mercado laboral. Además, las mujeres que ganan más que sus maridos no se toman un descanso en las tareas domésticas. Hemos detectado que las mujeres que ganan más acaban realizando más tareas domésticas, no menos”.

MARIANNE BERTRAND: Nacida en Bélgica, Bertrand recibió una licenciatura en Economía en la Universidad Libre de Bruselas en 1991. En 1998, obtuvo un doctorado en Economía por la Universidad de Harvard. Desde 2008, es profesora en la escuela de negocios Booth de la Universidad de Chicago. Previamente, ejerció en la Universidad de Princeton. Bertrand ha recibido numerosos galardones durante su carrera, como el Elaine Bennett Research Prize en 2004, y el Society of Labor Economists’ Rosen Prize en 2012.

JESSICA PAN: Jessica Pan obtuvo un MBA y un doctorado en Economía en 2006 por la Universidad de Chicago. Actualmente, es profesora de Economía en la Universidad Nacional de Singapur.

EMIR KAMENIKA: Kamenica obtuvo un doctorado en Economía en 2006 y una licenciatura en Matemáticas aplicadas en 2001 en la Universidad de Harvard. Desde 2006, ejerce como profesor en la escuela Booth de la Universidad de Chicago.


* Artículo escrito por Emily Lambert y publicado en la revista «Capital Ideas». Ha sido traducido por la agencia de prensa Noir sur Blanc. El artículo ha sido publicado con permiso de la Universidad de Chicago.

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2 Comments

  1. Matias
    Matias septiembre 12, 16:57

    Yo creo que si pensamos como equipo, y si la mujer tiene mas oportunidades, no veo cual es el problema. Yo vislumbre que mi trabajo estaba lento,y a mi mujer le ofrecieron la gerencia general de la empresa pero el requisito era un MBA. Se lo pague, y ahora ella gana mucho mas que yo, es la jefa y ocupa la cabecera de mi familia y yo me siento orgulloso. Somos muy felices y soy partidario que la mujer gane mas y que tome cada vez mas lideraazgo. Ellas son mejores jefas y administradoras, y sin duda el mundo sera mucho mejor si las dejamos a ellas tomar el mando.

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  2. Jane
    Jane julio 30, 02:41

    El problema es cuando la pareja se coloca en una zona comoda confiando que la otra parte siempre tiene el control de las cosas y ellos deciden no esforzarse por nada. Esto es lo que crea un yugo desigual.

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