Ya nadie confía en nadie: la responsabilidad en los programas de las escuelas de negocios
La caída del banco de inversión norteamericano Lehman Brothers a finales de 2007 no sólo marcó un antes y un después en el modelo de desarrollo económico de gran parte de los países, sino que también ha influido en las empresas y los modelos educativos de las principales escuelas de negocios.
David A. Thomas, decano de la escuela de negocios McDonough – centro dependiente de la Universidad de Georgetown que mantiene un acuerdo de colaboración con ESADE – afirmó recientemente en una entrevista al diario El País, que “un negocio nunca será próspero si mira sólo el beneficio que aporta a los bolsillos de sus ejecutivos, sin tener en cuenta la comunidad”. Thomas profundiza en su reflexión al asegurar que “ya nadie confía en nadie”, en referencia a la relación actual que existe entre los diferentes actores sociales: políticos, empresarios y trabajadores.
Esta afirmación – que también suscribe el profesor de la Universidad de Yale y autor del libro «Finance and the Good Society», Robert Shiller- está ligada a la corriente que lidera el reconocido profesor de Harvard Business School, Michael Porter, quien sostiene que hay que crear valor, no sólo para el accionista, sino para la sociedad en la que opera la empresa, ya que “este valor repercutirá en la reputación y previsiblemente también en sus operaciones”. Esto conlleva a plantearse: ¿cómo ha influido esta teoría en los programas MBA?.
Las principales escuelas de negocios están introduciendo materias relacionadas con la Ética, la Responsabilidad Corporativa o Liderazgo y Sociedad. En España, IE Business School, ESADE e IESE cuentan con asignaturas relacionadas con esta materia. También, Harvard, Stanford, Booth, INSEAD o Columbia apuestan por este modelo y han introducido módulos relacionados con el tercer sector, la sostenibilidad o la experiencia en programas de carácter social en países en vías de desarrollo. Las cifras hablan por sí solas. Según el decano de la universidad norteamericana, “las estadísticas demuestran que el 79% de las escuelas de negocios exige a sus alumnos que sigan algún tipo de asignatura relacionada con la ética, los negocios y la sociedad o responsabilidad social corporativa. En 2001, ese ratio era de solo el 34% de las escuelas”.
Las escuelas de negocios tradicionalmente se preocupaban por ofrecer un conocimiento preciso en áreas críticas como finanzas, marketing, economía o estrategia. El objetivo era aprender a maximizar el beneficio, en consonancia con el Nobel de Economía Milton Friedman, de la Universidad de Chicago, quien defendía que “Hay una y sólo una responsabilidad social de las empresas: utilizar sus recursos y participar en actividades diseñadas para aumentar sus ganancias, siempre y cuando se mantengan dentro de las reglas del juego, es decir, mientras participen en una competencia abierta y libre, sin engaño o fraude”. El escenario ha cambiado: la crisis financiera y escándalos empresariales como las malas prácticas de Nike en países en vías de desarrollo o el mediático Enron, han contribuido a que las empresas incluyan la responsabilidad en su cadena de valor.
Todo apunta a que esta tendencia seguirá en el futuro de las escuelas de negocios y también en las estrategias de las empresas que verán como un valor más, y no sólo como un requerimiento, actuar de forma responsable en la sociedad en la que operan.
Referencias:
– Entrevista a David A. Thomas en El País
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