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En esta delicada situación económica es tiempo análisis, reflexión y toma de decisiones para las empresas españolas. La realización de una buena gestión y la adopción de la adecuada estrategia empresarial en este momento, puede convertir la desfavorable coyuntura actual en una oportunidad de crecimiento y consolidación. En cambio una mala gestión puede suponer no sólo la aparición de pérdidas en la cuenta de resultados sino la desaparición total de una entidad, de ahí la importancia de analizar bien los detonantes de esta situación y estar seguros de ir en la dirección correcta.

Por todo ello merece la pena echar una mirada detenidamente al pasado. En ella se puede observar como se ha querido crecer y apalancar el desarrollo sobre un único sector como es la construcción. En aquella época de bonanza económica se creía en la disponibilidad de crédito ilimitado y no se tuvo en cuenta la necesidad de inversión en innovación y tecnología como herramientas de crecimiento. Además destaca el hecho de cómo a pesar de tener uno de los mejores organismos supervisores a nivel  mundial en materia de gestión de riesgos “ El Banco de España”,  las entidades españolas no le dieran la importancia necesaria a esta área.

Pero también para tomar la decisión correcta hay que ver el futuro y entender lo que él nos depara. En él se puede apreciar un ámbito empresarial más global, en el cual las distancias no existen y se puede alcanzar cualquier lugar del mundo gracias a la tecnología. Un modelo productivo flexible, fácilmente adaptable al constante cambio actual y al impacto que supondrá el desarrollo de los países emergentes. En este entorno competitivo el empleado cualificado exigirá un mayor grado de bienestar laboral y conciliación personal, convirtiéndose en un factor fundamental la gestión de RRHH.  En este aspecto, la realización de una buena gestión del personal y de puestos de trabajo será fundamental. Esta debe ser capaz de organizar y distribuir eficientemente las funciones de la plantilla e  identificar las futuras necesidades de la empresa para la contratación de perfiles dinámicos. Como consecuencia de estas políticas se optimizará la productividad de los recursos propios de la empresa y la entidad estará construida sobre una infraestructura flexible. La cual le permitirá adaptarse de forma rápida y eficaz a las nuevas oportunidades de negocio aparecidas en este mercado tan expuesto al cambio.

Considerando y teniendo en cuenta los puntos anteriores, ahora sí somos capaces de diseñar las directrices que nos permitirán convertir la coyuntura actual en una oportunidad. La consecución de un modelo de negocio diversificado sin dependencia de un sector o área geográfica en particular. La apuesta por la tecnología como método de producción, comunicación y expansión global. La alineación de las políticas de RRHH con la  estrategia de la organización para conseguir una estructura flexible y eficiente. Estas serán las pautas a seguir para garantizar la competitividad española y su éxito empresarial.

Hamt.