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A todos nos cuesta organizar nuestro tiempo. Día tras día creemos que podremos encajar todo cuanto debemos hacer en todas esas horas y horas diarias que, finalmente, terminan resultando escasas. Por ello, para ayudarnos a gestionar nuestro tiempo, Jeremíah Dillon, director de mercadotecnia de producto en Google Apps for Work, nos deja un consejo muy interesante sobre cómo organizar nuestra semana minimizando el número de reuniones entre otras cosas.

Muchas personas pasan sus semanas organizando reuniones y tratando temas sin filtro alguno, creyendo así que se están preparando sobremanera para cualquier acontecimiento que no salga como estaba previsto pero, en el momento de la verdad, todas esas reuniones no ofrecen los frutos requeridos. En exceso, las reuniones de trabajo pueden resultar más perjudiciales que ventajosas.

Debemos tener en cuenta que no contamos con el mismo nivel de energía los diferentes días de la semana. Por ello (y hablando en términos de “media”), Dillon nos recomienda un reparto de tareas basado en lo siguiente:

Lunes:

Acabamos de volver del fin de semana, de disfrutar de nuestro tiempo de ocio y desconectar todo lo posible del trabajo, por ello, como si de la vuelta de vacaciones se tratara, aun no estamos al cien por cien en cuanto a capacidad creativa se refiere. Programar tareas como establecimiento de objetivos, organización y planificación.

Tareas con baja demanda de energía que nos ayudarán a romper los hábitos del fin de semana.

Martes, miércoles:

Tras haber asimilado de nuevo el ritmo semanal, llega el momento en que debemos aprovechar nuestra frescura para crear y avanzar en nuestro proyecto, sea cual sea.

Máximo pico de energía semanal, momento que aprovecharemos para abordar los problemas más difíciles, lluvias de ideas y trabajo “pesado”.

Jueves:

En este punto nuestra energía comienza a disminuir. Tras tres largos y agotadores días de trabajos plagados de circunstancias personales, contratiempos y demás entuertos del día a día, el desgaste hace mella en nosotros.

Por ello, nos dedicaremos a programar reuniones (siempre que sean necesarias) y buscar el consenso del equipo.

Viernes:

Nuestro nivel de energía está prácticamente en cero. Trabajos de composición abierta y planificación a largo plazo para vislumbrar el proceso de nuestros objetivos con algo de perspectiva, dejando atrás el estrés y fomentando la construcción de relaciones.

Para aquellos que saben aprovechar al máximo su tiempo, los viernes son ese día de la semana en el que comienza el fin de semana y uno solo piensa en relajarse pero, al mismo tiempo, utiliza ese espacio de tiempo para compartir vínculos e ideas con sus compañeros y prepararse para un nuevo lunes repleto de posibilidades.

Ya lo sabéis, organizar nuestro tiempo (tanto diario como semanal) solo puede aportarnos unos mejores resultados en cualquier faceta de nuestra vida.

Si analizamos estos datos, entendemos que nuestros días de mayor productividad (por norma general) son los martes y miércoles, pues nos hemos conseguido quitar las telarañas del fin de semana y aún no hemos tenido mucho tiempo para cansarnos.

Para terminar, es muy importante que aprendamos a organizar nuestras labores diarias tanto o más que las semanales, pues establecer trabajos en bloque, por ejemplo, ayudará a que todo el equipo sepa hacia donde se está yendo y los objetivos puedan cumplirse de forma más rápida y eficiente.

Fuentes: Google for Work

Imagen: Flickr by Carlos Luna