5 Consejos para Empresarios Noveles
El mundo de los negocios es complejo y requiere de una gran capacidad de desprendimiento. Aquellos que pretendan vivir o codearse con ambientes como, por ejemplo, los propios de Wall Street, debe comprender desde el momento cero la necesidad de mano izquierda y capacidad para invertir a ciegas que ello acarreará por muchos conocimientos que abarque.
Así, uno puede verse realmente en blanco a la hora de comenzar un gran proyecto y no saber si cuenta con el respaldo de todas las piezas necesarias sobre el tablero. Repetimos; el mundo de los negocios es complejo por definición, pero ello no le quita importancia alguna sino todo lo contrario: Sin el mundo de los negocios, nada sería lo que actualmente es.
Para poder movernos con algo de soltura, hay ciertas claves que no debemos dejar pasar en cuanto a enfrentarnos con nuestras obligaciones se refiere. Aquí dejamos cinco consejos que, si bien no son mandamientos, servirán para evitar errores frecuentes en empresarios noveles que, sin querer reconocerlo, se vean superados por la posición y no sepan en qué aspectos está fracasando su proyecto.
Esperamos que os resulten provechosos.
#1 Olvídate del Ego
No va a servirte absolutamente de nada. En el mundo de los negocios el orgullo u amor propio puede ser importante, pero todo lo relacionado con el ego sobra enormemente. Hay que analizar las cosas por su valor a largo plazo y no por las emociones que nos suscitan de forma más instantánea. Recordad que una empresa no es algo que vayáis a construir en un solo día, pero vuestro ego sí podrá derrumbarlo (incluso en menos tiempo).
#2 No trates a todo el mundo igual
Aprende de las personas, de sus gustos y prioridades. La gente espera de un buen líder la capacidad para analizar y anticiparse a las necesidades, con lo que tratar de desarrollar tu empatía y “ponerte en los zapatos” de quienes te rodean ayudarán a que estén cómodos y, eso, sin duda alguna ayudará a tu causa enormemente. Piensa que en este tablero, tú tienes la potestad para decidir hacia qué casilla se mueven tus piezas, pero son ellas mismas las que han de mover.
#3 Vigila a quien contratas
Las manzanas podridas pueden hacer que, en términos finales, te veas obligado a poner fin a tu proyecto. Si no quieres que el árbol se vea mustio con el paso del tiempo, riégalo con una buena dosis de compañerismo y atención hacia el grupo. No se puede llegar lejos en el mundo de los negocios si uno no controla a su plantilla y, del mismo modo, sus emociones a nivel profesional o personal en la medida de lo posible (dependiendo del tamaño de la empresa en cuestión, entre muchos otros factores).
#4 Reconoce tus limitaciones
Nadie es perfecto y eso es algo que todos sabemos. El problema de los jefes que pretenden cargar con todo sobre sus hombros no es, probablemente, el que estés pensando. No se trata de una falta de tiempo o una capacidad para delegar, sino más bien el propio peso de tus capacidades. Puede que seas muy bueno con los números, pero nefasto en cuanto a creatividad. Por ello, delega siempre en un equipo en que puedas confiar y explora, para ello, tus propios puntos flacos.
#5 Planea los detalles
Es muy importante comprender el poder de las buenas y malas decisiones. Cuando necesites parar, desconectar y tratar cada tema con la importancia que necesite, no dudes en hacerlo. Piensa que las decisiones rápidas te sacarán hoy día del paso, pero probablemente mañana te metan en una disyuntiva mucho mayor de la que no podrás salir bien parado por mucho tiempo que dediques a pensar. Prevé antes de curar, ese es un gran consejo.
Y siempre, pase lo que pase, no olvides juzgar por ti mismo;
es la única pauta válida si el objetivo es aprender.
Fuente: Entrepreneur
Imagen: Flickr, by Dennis Skley licencia de Creative Commons CC BY-ND 2.0
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