4 «síntomas» de que debes cambiar de jefe
Nuestra cultura de masas nos regala constantemente películas y series en las que pintan la figura del mal jefe como algo muy gracioso. Sin embargo, cuando una persona trabaja para un mal jefe en la vida real no suele tener nada de gracioso. Que se lo digan a este ex empleado de Microsoft.
Investigadores de la Escuela de Negocio de Harvard y la Universidad de Stanford han arrojado más de 200 estudios al respecto para que podamos entender mejor las situaciones de estrés en el puesto de trabajo.
Estar a disgusto en el trabajo puede traernos verdaderos problemas de salud. Estos estudios han concluido que preocuparnos por perder nuestro empleo nos hace un 50% más propensos a experimentar problemas de salud, y un trabajo demasiado exigente y estresante aumenta en un 35% las posibilidades de sufrir una enfermedad diagnosticada por el médico.
Un mal jefe o, lo que es lo mismo, un jefe incompetente puede hacer perder a la compañía muy buenos profesionales.
¿Qué “síntomas” debemos detectar a la hora de plantearnos si necesitamos un nuevo jefe y, por lo tanto, un nuevo trabajo? Porque, tenlo claro: en líneas generales, no porque tú estés a disgusto con tu jefe, lo van a cambiar a él. ¿Estás dispuest@ a reorientar tu vida laboral y buscar otra cosa?
Menosprecia tu trabajo
Parece que, para cualquier persona sensata, comunicarle a un empleado aspectos de su trabajo que no está llevando a cabo correctamente, supone un momento bastante incómodo. Pero no. Hay jefes que verdaderamente disfrutan poniendo a sus empleados en su lugar.
Si no te gusta que tu jefe disfrute diciéndote lo que haces mal, no lo dudes: lárgate y cambia de vida. Tienes una razón de peso: tu estado de salud.
Tu jefe tiene demasiadas rabietas
Todos tenemos días malos. Y los jefes son más propensos a ello. Sin embargo, no por ello debemos tomar estas actitudes como algo normal y corriente. Cuando a tu jefe le dan pataletas con demasiada frecuencia porque no le gusta lo que estás haciendo (o, incluso, lo que hacen otros), quizá sea el momento de plantearte salir por patas.
Un jefe enfadado constantemente y con prontos fuertes solo consigue que sus empleados dejen de dirigirse a él más que para lo básico y de compartir nuevas ideas en aras de mejorar las tareas en la empresa.
Si tu jefe se pone a gritar por los pasillos y tú, en lugar de preguntarte sinceramente “¿Qué diablos está ocurriendo?”, piensas “Otra vez igual” busca otro trabajo.
No tiene en cuenta tu vida personal
Está claro que a la oficina vamos a trabajar. Pero que el jefe nos perciba como máquinas de trabajar y no como personas con una vida familiar y social que conciliar con nuestro puesto de trabajo es realmente injusto.
Cuando a tu jefe le sienta mal que te vayas a tu hora de la oficina porque espera que te quedes haciendo horas aunque en realidad no haya trabajo que hacer, es que algo no cuadra, ¿no?
No da ejemplo suficiente a sus empleados
A cualquier persona le enfada bastante que alguien le diga lo que tiene que hacer, cuando ese alguien no predica con el ejemplo.
Estamos ante un ejemplo de hipocresía total. Es difícil sentirnos inspirados en el trabajo cuando la persona que marca las normas no está a la altura de sus propias expectativas. Por lo tanto, si tu jefe es un hipócrita, es hora de largarse.
¿Has tenido algún jefe que cumpliera con todas estas actitudes? ¿Te diste cuenta a tiempo como para plantearte dejar aquel empleo?
Fuente: 4 signs you need a new boss
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