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Las oportunidades de trabajo aparecen cuando menos lo esperamos y hay ocasiones en las que tenemos la fortuna de poder de elegir entre varias propuestas. Es importante estar preparado para tomar la decisión más beneficiosa y conocer los parámetros que debemos valorar para ello. Si buscamos la respuesta en lo evidente puede que estemos tomando el camino equivocado. Es necesario ahondar en las características de las alternativas de empleo así como en las del tipo de mercado en el que nos vamos a desenvolver.

Lou Adler, presidente de la compañía especializada en recursos humanos ‘The Adler Group’, nos da algunas claves para que salgamos lo mejor parados posible de la toma de decisión. El autor cita en un artículo publicado recientemente en Linkedin, la fijación en las ventajas a corto plazo de una oferta como uno de los errores cometidos por los individuos más frecuentes a la hora de hacer la selección. Un candidato inteligente analiza aquello que no se ve a simple vista, pero que constituye sin embargo una ventaja a largo plazo.

“La mayoría de gente tiende a sobrevalorar los beneficios a corto plazo e ignorar o minimizar el impacto a largo plazo”, sentencia Lou Adler en el artículo, “pero con frecuencia la elección que nos brinda un alivio inmediato de algún problema a corto plazo, no es el que ofrece la mejor oportunidad a largo plazo”. Las pequeñas y tentadoras ventajas como un suelto alto, la proximidad de nuestro domicilio o el reconocimiento de la empresa no deben nublar la perspectiva de los beneficios que encontraríamos si diésemos un paso más allá.

La ventaja del 30%

Un buen parámetro para predecir las consecuencias de lo acertado o no de nuestra decisión para el futuro son las características del mercado en el que se posicionan las empresas a las que optamos: si es una industria madura de crecimiento lento que pone el énfasis en el ahorro en costes, o si por el contrario es una industria incipiente con expectativas fuertes de progreso y desarrollo e importantes retos que superar.

La empresa joven con posibilidad de crecimiento nos resultará más rentable a largo plazo que aquella que se encuentra en la etapa de madurez. Ésta última nos ofrece mejores condiciones a corto plazo, pero su desarrollo está agotado y del momento en adelante se conducirá al declive.

Lou Adler propone la ‘regla del 30%’ cuando hemos de comparar dos trabajos a los que optamos o queremos cambiar el que tenemos. “La idea es que la oportunidad profesional del nuevo trabajo debe proporcionar al menos un 30% más de ventajas que el que ya tenemos”. Sin embargo, no se refiere con ese aumento del 30% únicamente al plano económico, sino también a las condiciones y la perspectiva de crecimiento del empleo. Sobre esta base, conviene que nos decantemos por aquel puesto con mayor posibilidad de estiramiento y no por aquel con un progreso agotado.

Cita el autor en el artículo “mi consejo para todos los candidatos es que se combinen las perspectivas de crecimiento del empleo y la compensación económica, para alcanzar el umbral del 30%. Sugiero como más importantes los factores de estiramiento y crecimiento que los de compensación económica. La razón es que la compensación se incrementará más rápido a largo plazo cuando el estiramiento y el crecimiento se maximizan a corto plazo”

“No hay nada más engañoso, que un hecho evidente”, Arthur Conan Doyle.