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John Maynard Keynes, origen de la escuela económica con su nombre, describió la inflación como una ilusión de riqueza. En otras palabras, tendemos a pensar en nuestros activos en términos generales, no respecto a lo que estos pueden comprar. ¿Qué hubiera hecho Keynes de las puntuaciones del GMAT? A inicios de siglo, la puntuación media en un MBA clasificado en el top ten de The Economist era 688. En 2013 fue 712. El año pasado la media más alta se encontró en Stanford, 729. Pero Harvard, Yale, Chicago y NYU tuvieron medias de más de 720.

¿Se están volviendo los estudiantes de MBA más brillantes? Es improbable. Más plausible es que la competición se esté haciendo más fiera. Las escuelas a veces declaran no requerir una puntuación en el GMAT mínima para los solicitantes. Pero la realidad es diferente. Cada año, un puñado de estudiantes excepcionales podrían ser admitidos con unos resultados menores de los estándar. Pero son excepcionales en ambos sentidos de la palabra. Habrá algún aspecto de sus vidas laborales o personales que realmente les aventaje. Para el resto, seguir con expectativas positivas significa incluso más preparación para el GMAT. Pasar cien horas de práctica antes de realizar el test es ahora común. Las compañías ofertantes de tutoriales (incluyendo The Economist) aseguran que las carreras por el puesto continúen intactas.

Otro factor es la competición entre las propias escuelas. Una razón por la que han empezado a seleccionar a estudiantes basándose en su puntuación en el GMAT, antes de considerar otros atributos, es que afecta a su ranking.

A fin de cuentas, como señalaría Keynes, una nota de 712 no te da más que una nota de 688 hubiera hecho hace 13 años. Pero, con todo, el GMAT es un indicador útil de posible éxito en un curso. Los estudiantes se atascarían sin las habilidades cuantitativas que evalúa. Y mientras que estudiantes extranjeros podrían quejarse de que están en desventaja con el verbal y los writing aspects del test, el hecho es que la mayoría de MBAs se imparten en inglés, y los estudiantes sin las suficientes capacidades lingüísticas estarán en desventaja aquí también. En este sentido, el GMAT es un inconveniente necesario.