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Dos años atrás, la London Business School envió un equipo de estudiantes de Norte América y Europa a Johannesburgo para ayudar a un pequeño negocio que vendía comida y dulces para hacerlo rentable.

No pudieron dar con una solución viable. Vino a ser la clave de la experiencia. Los estudiantes no estaban cortos ni de inteligencia ni en ideas, pero fallaban en identificar soluciones que fuesen más allá de su modo de pensar culturalmente adquirido. Sus recomendaciones recaían mayoritariamente en conseguir dinero, algo que el dueño no podía hacer. Mientras que podía llevar a cabo pequeños cambios, como descontinuar ciertos productos con poco margen de ganancia, los grandes cambios requerían una inversión de dinero que no tenía. Los estudiantes no pudieron hacerse a este hecho.

Para estos MBA, el foco estaba en completar el proyecto en lugar de trabajar con el dueño para solucionar sus problemas. Tomaron una aproximación muy analítica directa e impersonal desde el principio; cualidades que no funcionan bien en una cultura donde el diálogo y la conexión personal tienen mucho valor.

Este grupo no fue el único en tropezar cuando intentaron ayudar a resolver negocios en países con culturas ajenas. Otros equipos que se enfrentaron con retos similares fallaron una y otra vez para dar con una solución realista. Los equipos tenían algo en común: eran muy homogéneos.

La tasa de éxito era mucho mayor en equipos formados por gente de diferentes culturas. Yuxtaponer ideas que eran generadas por una variedad de bagajes ayudaba a los estudiantes a dar con soluciones más efectivas para los emprendedores con los que trabajaban.

En otra experiencia, una mujer propietaria de una tienda quería incrementar sus ingresos ofreciendo comida caliente en un hueco libre que tenía en la parte de atrás de la tienda. Junto a ella había una tienda regentada por un equipo de Somalíes cuyo negocio era pujante, pero sin espacio para expandirse. El equipo, que consistía en estudiantes de Pakistan, Alemania, America, Australia, Brasil e Israel, decidieron que la mujer haría más dinero alquilándoles a los somalíes la parte de atrás que vendiendo comida. Era la solución perfecta: no sólo daría beneficios, era más fácil, sin tener que añadir tareas de cocina a sus quehaceres.

Alquilar espacio a un competidor es un ejemplo de pensar abiertamente. Wendy Alexander afirma estar seguro de que ocurrió gracias a la diversidad de pensamiento empleada por los integrantes del equipo. Encontraron que el brainstorming y el trabajo para resolver el problema condujeron a nuevos caminos que se dan en grupos con diversidad, mientras que tienden a ser más lineales y predecibles en grupos homogéneos.

La London Business School subsecuentemente ha continuado haciendo los equipos que envían a estas inmersiones lo más diversos posible. Va más allá de la nacionalidad. Los equipos reúnen estudiantes no sólo con diferentes bagajes culturales, sino también con distintas carreras profesionales. Un estudiante con experiencia en estrategia puede mezclares con uno que trabajó en finanzas, TI, contabilidad o biología marina.

Este planteamiento ha expandido la totalidad del programa MBA de LBS. Afirman configurar sus grupos de trabajo de forma que cada miembro tiene habilidades diferentes y represente una nacionalidad diferente, y también se aseguran de que presenten un correcot ratio hombre-mujer. En resumen, tratan de reflejar lo que necesitan hoy los negocios: una perspectiva global.

El mundo está cambiando. Como educadores de futuros líderes, las escuelas de negocios necesitan pensar de forma diferente sobre como equipar de la mejor forma a sus alumnos para los avatares del cambio. Deben preparar a sus graduados para ser managers en un amplio rango de entornos ofreciendo exposición a profesores de corte global y compañeros de diversidad internacional, a la vez que experiencia de primera mano en diferentes mercados.

Sólo cuando los estudiantes han aprendido como trabajar con gente de cultura variada, podrán operar ética, competitiva y eficientemente, sin importar en qué lugar del mundo se encuentren.

Imagen de Flickr por Alexandre Dulaunoy