16 consideraciones para motivarse a hacer grandes cosas
En ocasiones la experiencia y los logros no son suficientes para mantener tu mente en un alto grado de positividad y competencia. Todos necesitamos una pequeña ayuda ante los diferentes obstáculos de la vida laboral; para eso mismo Paul B. Brown ha publicado un artículo donde expone 16 puntos para motivarse a uno mismo y así llevar a cabo acciones extraordinarias.
Mediante entrevistas a amigos y profesionales de diferentes sectores laborales ha elaborado esta lista que ofrece las vías o razones que impulsan nuestro espíritu y nos hacen seguir adelante a emprendedores en el complejo mundo de la empresa y que, en su mayoría, pueden aplicarse a cada persona cualquiera que sea su posición laboral.
- Las necesidades. Cuando Brown preguntó a sus amigos que es lo que les hace seguir adelante, señalaron la importancia de pagar la hipoteca o las facturas médicas de sus ancianos padres. John Wayne estaba en lo cierto cuando dijo ‘Un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer” y por supuesto eso también se aplica a las mujeres. El propio Brown manifestó que se identifica con esta razón pues cuando sus tres hijos asistían a colegios privados simultáneamente, se decía a sí mismo “Ahora no puedo permitirme el bloqueo o la pereza”.
- Las citas. Según Brown muchos de los entrevistados conocían frases inspiradoras o citas de ánimo, algunos tenían incluso una pared o un tablero lleno de ellas en su despacho, oficina o incluso en sus hogares. Algunas inventadas por ellos mismos, otras de eminentes personajes de la historia e incluso de películas como Buscando a Nemo que decían “Sigue nadando”.
- Cuando los compañeros confían en ti. Muchos entrevistados manifestaron que algo que les obligaba a seguir adelante era su relación con los empleados o compañeros. Esto se relaciona con el llamado argumento de la necesidad. Un número extremadamente alto de encuestados temían que si se “dormían en los laureles muchas personas se quedarían sin trabajo, si trabajaban menos que el mejor trabajador de su empresa algo iba mal”. Sencillamente el hecho de sentirse responsable de tu equipo hace que te impulses hacia delante.
- El orgullo personal. Es difícil que las personas admitan lo orgullosas que son hasta que no llegan a la segunda o tercera copa de vino, pero aunque rara vez hablen públicamente de ello, muchos están muy orgullosos de lo que han logrado y se sienten satisfechos de ellos (la humildad es una virtud pero tampoco está bien no reconocer tus propios logros). No les importan los problemas que surjan en su empresa, siempre hay que seguir adelante.
- Intentar cambiar el mundo. No todos son tan evocadores como Steve Jobs (que repetía a sus empleados en Apple «Vamos a crear productos increíblemente grandes«), pero un número significativo de entrevistados creen que el resultado de su trabajo, sus productos y ofertas harán del mundo un lugar mejor. Es la firme creencia de ayudar lo que les hace seguir adelante.
- Demostrar algo a alguien. Muchas personas siguen adelante sin importar nada para probar algo a todo el pueblo «quien me dijo que nunca tendría éxito, estaba equivocado«. Curiosamente el demostrar algo a alguien no desapareció entre los entrevistados incluso después de haber tenido éxito.
- Considerar la alternativa. Para evitar perder la cabeza algunos emprendedores recuerdan los días en que comenzaron a trabajar en sus empresas y recordaban lo infelices que eran trabajando para alguien más. Imaginaban lo que sería tener un jefe una vez más. Cualquier imagen sobre ello, dijeron, era suficiente para seguir adelante.
- Dejar un legado. Pensar que su empresa puede ser la única cosa por la que serán recordados, o la esperanza de que sus hijos sigan sus pasos algún día; el legado mantiene a muchos emprendedores incluso cuando las cosas se ponen difíciles o simplemente se sienten cansados.
- Crear impulsos. Éste punto fue citado por todos los entrevistados. Tener metas como alcanzar 1 millón de dólares en ventas durante el primer año puede sonar muy desalentador en un principio sobre todo cuando estás empezando sin ningún ingreso. Pero, si dices: «Van a ser 83.333$ en este mes; y 83.333$ el mes que viene….» los números no parecen tan grandes, y tienes la oportunidad de celebrar 12 victorias pequeñas, además de conseguir la meta más grande cuando llegues al millón en ventas al finalizar el año.
- Obtener un diagnóstico. Uno de los entrevistados dijo «¿Sabes cuándo te estás sintiendo físicamente mal y es peor que un resfriado o la gripe, pero no sabes lo qué es?” El simple hecho de no saber es preocupante. Una vez que tengas un diagnóstico — incluso si es algo malo como una neumonía — permite sentirse mejor porque sabes lo que es y a lo que te enfrentas; pues exactamente lo mismo ocurre con los negocios. Si identifico el problema me siento mejor una vez tengo un nombre para él. De por sí es suficiente para venirte arriba y elaborar un “plan de batalla” para seguir adelante.
- Visualización. Muchos empresarios dicen que centrándose en un éxito concreto y final de sus metas como última instancia se consiguen los resultados deseados. Brown sin embargo no comparte este punto de vista pues argumenta que fijarse en el fin en sí mismo evita fijarse en las oportunidades que surgen durante el proceso, aunque resulta ser una buena motivación para muchos.
- El ejercicio. A veces estar cansado, deprimido y sin ganas es «sencillamente» una cuestión de exceso de trabajo o de no estar en una buena forma física. En muchas ocasiones tomar descansos es suficiente para mantener la marcha. Si te pones en forma tendrás más energía, además está íntimamente ligado con muchos de los puntos anteriores y la actitud hacia las cosas.
- Aprenda de los errores. Las cosas van mal, no vendes, el cliente odia las soluciones ofrecidas a sus problemas… Por supuesto te vas a sentir mal. Hay que aceptar eso y permitirse un periodo de reconsideración, aprender de lo que salió mal y así evitar el rechazo y convertirlo en algo que beneficie en el futuro. Según Brown aunque suene simplista y estereotipado y sea extremadamente difícil de llevar a cabo, es cierto, y lo más importante, funciona.
- No te interpongas en tu propio camino. No hacer la vida más difícil de lo que tiene que ser. Simplificar todo lo que puedas. Delegar las cosas que no puedes controlar. Ser organizado pero lo más humanamente posible. El estrés es el enemigo de la creatividad. Y crear más tensión no es para nada beneficioso.
- Llevar la cuenta. Si mantienes un recuento de los puestos de trabajo cubiertos, de los clientes aterrizados, de las ventas registradas desde que abrió las puertas el negocio por primera vez y observas atentamente los incrementos–y quieres aumentarlos aún más– se puede encontrar una gran fuerza motivadora. Sólo mirando el marcador y sabiendo qué se necesita para obtener cifras más altas se consigue seguir adelante.
- No dejes de decirte que “la mejor manera de predecir el futuro es creándolo”. Y entonces, créalo.
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