Entramados empresariales (II): Datos y privacidad
«Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.»
Artículo 12, Declaración Universal de los Derechos Humanos
La privacidad de los usuarios
En la actualidad el complejo entramado mundial y el asentamiento de internet han provocado enormes cambios en el desarrollo de la vida diaria abarcando todos los ámbitos posibles. No es de extrañar entonces que multitud de entidades empresariales y gubernamentales estén preocupadas por el implacable avance de internet y el uso que le dan sus usuarios, pero la preocupación es recíproca; pues en los últimos años han surgido numerosos casos de dudosa claridad ética llevados a cabo por diversos organismos empresariales e institucionales.
Por ejemplo la ingente cantidad de información que recopila Google a partir de cookies y otras medidas preocupan a ciertos organismos del control de la privacidad. Se calcula que Google posee en la actualidad la cantidad aproximada de cuatro petabytes (dato que sin embargo carece de exactitud debido al enorme afluente diario de información) que equivalen a cuatro millones de gigabytes en información, cifra no tan ingente respecto a la información circulante en las redes. Hay quienes incluso relacionan el espionaje gubernamental de los Estados Unidos y la efervescencia de las empresas tecnológicas del sector de redes e internet como veíamos en el artículo [Conflicto con la privacidad de datos].
El Reporte Global de Solicitudes Gubernamentales ofreció información detallada sobre peticiones oficiales recibidas de 74 países, tras las revelaciones de Snowden sobre el espionaje de EE.UU.
El grupo de promoción de derechos civiles Privacy International, con sede en Londres, dio la bienvenida a la publicación del reporte pero en un comunicado colocado en su página web expresó su preocupación por «algo mayor».
Los progresos de la información
Los avances en recopilación de datos han provocado controversias pero sin embargo también están abriendo puertas que vaticinan grandes progresos en el futuro. Muchos dicen que el producto más valioso en la actualidad no son ni el oro ni los diamantes ni el petróleo, es la información.
Diversos expertos matemáticos han creado algoritmos cuya aplicación a ciertos sectores como la ingeniería, la astronomía, la seguridad e incluso la publicidad; están impactando increíblemente en la esencia más básica de estos campos, pues la ingente cantidad de información que se envía a partir de dispositivos y otros medios permitirá según estos expertos la posibilidad de predecir hechos y actitudes futuros.
La policía de California, por ejemplo, ha empleado los datos sobre crímenes para señalizar las zonas donde se producirán mayores delitos mediante un “sencillo” algoritmo que se sustenta en la base de que, acontecido un crimen en un lugar, aumenta el índice de delitos en los alrededores. Algunas patrullas de la policía de California realizan vigilancias prefijadas por estos algoritmos que pronostican donde es probable que ocurra un crimen en un margen de 12 horas.
En la actualidad existen los denominados “mineros de datos”, que se encargan de extraer información de un conjunto de cifras y transformarlas en una estructura comprensible para su uso posterior.
Mike Baker es un publicista cuyo plan abarca este campo de estudio cuya denominación correcta es “exploración de datos” (minería de datos es un término acuñado por las empresas de marketing). Gracias al algoritmo, basado en la denominada “teoría de la decisión”, podría existir la posibilidad de definir los gustos de los usuarios y sus intereses de compra, incluso antes de que ellos mismos lo sepan.
Según las cifras cada persona genera de media 2,5 millones de gigabytes diarios de información a partir de sus dispositivos electrónicos. Mike Baker argumenta que mediante la correcta aplicación de las matemáticas en esta ingente cantidad de datos podrían definirse los intereses de los usuarios y crear una publicidad “personal” para cada uno. Aquí entra Bill Simmons ingeniero espacial del MIT y colaborador en el ambicioso proyecto de la NASA de enviar una misión tripulada a Marte.
Gracias a Simmons y su equipo la misión que sumaba una cantidad de 35 mil millones de decisiones posibles para su desarrollo se redujo a mil. Esta sorprendente disminución de “posibilidades” se llevó a cabo gracias a la “teoría de decisión” y la creación de un algoritmo que permite procesar la enorme cantidad de datos e información existentes para orientar las posibilidades más viables en el desarrollo de una acción.
Este algoritmo adaptado al ámbito publicitario permitiría enfocar la publicidad hacia los usuarios, pues según defiende el propio Baker los anuncios son constantes de nuestra vida diaria y mediante la correcta aplicación de un potente procesador de datos podríamos enfocar algo que resulta molesto para muchos en una publicidad “útil” para los individuos.
Estos algoritmos también se desarrollan en el mundo de las finanzas. David Harding trata de buscar patrones “seguros” en el mundo de la inversión y las finanzas convencido de que existe una constante en la subida y bajada en los precios de la bolsa. Muchos argumentan que su idea es imposible de realizar, sin embargo día a día la financiación de su empresa aumenta gracias a las posibilidades que podría traer consigo tal descubrimiento. Según Harding el hecho de que no se haya intentado anteriormente marca un precedente que le obliga a seguir adelante.
Harding comenta que la revolución de datos y las sorprendentes posibilidades que abren los nuevos tiempos hacen que la idea no sea tan descabellada como se podría suponer. Su empresa crece exponencialmente y lleva más de veinte años en funcionamiento, procesando datos estudiados por expertos en matemáticas, ciencia e informática que ven en este proyecto grandes posibilidades de futuro.
Google y su Biblioteca Universal
Otro caso a destacar en esta nueva avalancha de la información derivada del impulso de internet es el plan ya cancelado de Google que pretendía crear una Biblioteca Universal mediante la digitalización de todos los libros del mundo. Un proyecto para muchos utópico y que acabó paralizado ante la controversia desatada por la infracción de derechos de autor que le achacaban a esta nueva plataforma.
En 2005 un grupo de autores y editores demandó a Google por no respetar los derechos de autor de sus obras. En 2008 las dos partes llegaron a un acuerdo que debía ser ratificado por un tribunal de Nueva York. El tribunal finalmente rechazó la posibilidad de un acuerdo por crear un monopolio de facto, pues según su sentencia Google se otorgaba el derecho de explotar libros con copyright sin el permiso de los titulares. Google iba a comercializar el acceso a su inmensa biblioteca online a través de distintas licencias. El reparto de beneficios pactado era 37% para Google y 63% para los editores.
El acuerdo entre ambos otorgaba a Google cobertura legal sobre futuras reclamaciones por violación de derechos de autor, excluyendo a sus competidores presentes y futuros de este mercado además de conceder al gigante de internet la exclusividad de digitalizar los denominados libros huérfanos.
La sentencia puede leerse como un triunfo del bien público, que debe ser defendido evitando un monopolio de acceso a la información. Eso no quita que Google sea quien haya puesto encima de la mesa la posibilidad real de la Biblioteca Universal y que, monopolio o no, haya aportado más que muchas empresas e instituciones públicas.
A pesar de todo la interdisciplinaridad inherente en el desarrollo de proyectos orientados a la información está abriendo un nuevo mundo de posibilidades. Los ejemplos ofrecidos no son más que la punta del iceberg de entre la multitud de iniciativas que hoy en día están en desarrollo, sin embargo esta nueva avalancha en el procesamiento de datos también provoca numerosas controversias que merecen especial atención (como la biblioteca de Google antes citada); pues el ritmo exponencial al que avanzan estos medios crean ciertos conflictos éticos y legislativos que algunos tribunales de justicia tratan de regular.
El conflicto entre datos y privacidad
Dos ONG con sede en Francia, la Liga de Derechos Humanos (LDH) y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), presentaron una querella ante el fiscal de la República con el objetivo de desentrañar el papel jugado por la NSA norteamericana y las empresas como Google, Yahoo!, Facebook, Microsoft, Paltalk, Skype, AOL y Apple ante el escándalo de espionaje desatado por Snowden.
La FIDH y la LDH recurrieron a la Justicia presentando los siguientes cargos:
- Acceso fraudulento a un sistema automatizado de datos y su almacenaje
- Colecta de datos personales a través de un método ilícito, desleal y fraudulento
- Violación de la privacidad
- Violación del secreto de las correspondencias electrónicas
- Utilización de grabaciones y datos obtenidos mediante violación de la privacidad
Los directivos de tres multinacionales estadounidenses, Microsoft, Google y Facebook, negaron durante la novena audiencia celebrada en el Parlamento Europeo (PE) sobre el espionaje de la NSA que esta agencia de inteligencia tuviera acceso directo a sus servidores.
La denuncia en manos del fiscal de la República precisa que mediante el programa de espionaje Prism las agencias de información “pudieron recuperar los datos materiales conservados por los servidores de esas empresas, incluidos los historiales de búsquedas y conexiones efectuadas en la red, el contenido de los correos electrónicos, de las comunicaciones de video y audio, los archivos de fotografías, el envío de documentos, así como el contenido de las conversaciones en línea”.
No hay duda de que Google, Facebook o Microsoft son algunas de las empresas más influyentes del mundo. Google por ejemplo recibe más de un millón de solicitudes de trabajo al año y sus procesos de selección y la forma de orientar sus labores destaca por sus excelentes resultados. Los servicios y productos de estas entidades están firmemente asentados en la sociedad y han revolucionado muchas facetas de la vida diaria. No obstante sus opacos planes y la falta de rigor y transparencia en algunas de sus prácticas ponen en duda muchas de sus intenciones, a pesar de que cuentan con un gran elenco de recursos, cuyos productos y servicios son empleados por centenares de millones de personas.
A pesar de las medidas adoptadas por ciertos órganos para evitar el uso de estas prácticas, la complejidad de la justicia en materia internacional y la falta de una cooperación eficiente entre los diferentes estados parecen indicar que no se llevarán a cabo investigaciones profundas y comprometidas para dilucidar los complejos entresijos de estos sucesos. No obstante el hecho de que ciertos gobiernos pidieran información de usuarios a las redes deja entrever que este tema tiene una complejidad mayor de la esperada. ¿Por qué hasta donde llega la defensa de la privacidad? ¿Es viable emplear estas herramientas para el control de la “seguridad”? ¿realmente ayudan a nuestra seguridad?
Los avances en materia de información y redes son indudables y el porvenir augura un enorme elenco de posibilidades de futuro que hasta ahora parecían de ciencia ficción, sin embargo la falta de “madurez” ante como afrontar la “revolución de datos” muestra a internet como un arma de doble filo.
Hay que recordar que si existe un órgano con máxima potestad, ¿quién regula las prácticas de ese órgano? Como siempre las respuestas no son más que una manera de encontrar más preguntas, hecho que sin embargo define nuestro espíritu crítico y amolda las bases de nuestro desarrollo y progreso.
Fuentes: elDiario, LaMagnética, El País, El Mundo, LA TERCERA, Terra, lanación.com, eldiario.es, GNU, ABC, El Confidencial.
Documental BBC Horizon – Age of Big Data
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