Cómo no utilizar el GMAT en una solicitud
Con el final de las fechas límites de ronda 1 acercándose ya, muchos de vosotros os estáis preparando para la ronda 2: acortando vuestra lista de escuelas, haciendo el GMAT, y formulando vuestra estrategia general. Y mientras empezáis a hincarle el diente, hemos pensado que sería un buen momento para responder a una pregunta que recibimos una y otra vez:
¿Puede una puntuación alta de GMAT cubrir debilidades en mi perfil?
La respuesta, por supuesto, es no.
Una nota alta de GMAT es estupendo. Nadie va a decirte que un 740 mermará tus posibilidades. Pero no va a compensar una falta de experiencia laboral o unas metas profesionales rebuscadas.
La estrategia del “encubrimiento” no es la que quieres seguir. El comité de admisiones es demasiado listo para eso. Cada año leen cientas, si no miles de solicitudes; ven a un buen candidato a la legua. Y a uno que intenta esconder algo desde aún más lejos. No vas a conseguir esconder tus puntos débiles de ellos.
Una nota de GMAT no cubre nada, pero si es buena, ayuda a todo. Supón un GPA bajo de universidad, por ejemplo. Un GMAT alto no va a deshacer ese GPA, pero demostrará que eres inteligente y que lo que pasó en la universidad fue un pequeño bache, y no un dato significativo de lo que eres capaz. Después de todo, eso ocurrió hace mucho tiempo, ¡y mira ahora a esa nota de GMAT! Es mucho mejor referencia de lo que tienes dentro de ti.
Así que si, definitivamente el GMAT puede ayudar. Pero demasiado a menudo la gente comete el error de creer que una nota de GMAT puede llevarles directamente a un programa top. Que todo lo que necesitan es un 750 y de ahí a HBS solo queda un tranquilo paseo en barco. Pero lo cierto es que hay mucha gente con un 750+ en su GMAT que se quedan fuera de programas top. Y así mismo hay muchos que llevan un GMAT moderado y, acompañado de una solicitud buena, echan el guante a esas codiciadas plazas.
Hay que tener en cuenta que el GMAT es un buen comparativo de las solicitudes, pero que no es lo único que se mira al evaluarlas. Más bien es el resto de los materiales lo que será importante: los ensayos (donde expones tus planes/metas/marca personal), tu curriculum (donde ven tu experiencia), y tus cartas de recomendación (donde tus superiores resaltan tus logros y las cosas increíbles vas a hacer en la escuela).
Por eso, aunque desde luego el GMAT es importante, y puede ayudar mucho tus solicitudes, no va a esconder falta de experiencia laboral, metas profesionales pobres o cartas de recomendación irrelevantes. Y esto ocurre incluso para alguien que obtenga un GMAT de 800.
¿Qué puedes hacer con esas debilidades entonces? Bueno, en vez de gastar tu tiempo tratando de encubrirlas, concéntrate en resaltar tus fortalezas, mostrando toda esa experiencia laboral de calidad, y el potencial de liderazgo que tienes. Y, si tienes aún más hueco en tu solicitud y tiene sentido hacerlo, puedes incluso abordar tus debilidades. Muéstrales que sabes qué es lo que tienes entre manos, que sabes qué es lo que tienes que mejorar, y cuéntales cómo un MBA va ayudarte a ello.
Conclusión: consigue el mejor GMAT que puedas. Pero una vez que lo hagas, no te acomodes y des por supuesto que ya has acabado. Todavía queda mucho trabajo que hacer. ¡Así que a ello!
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foto de Flickr por Jess Pac
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