No dejes que tu trabajo te mate
Aunque no sea una enfermedad reconocida, el estrés es uno de los principales retos para el sistema de sanidad mundial. Los síntomas se están viendo incrementados a medida que el lugar de trabajo se está convirtiendo en un lugar cada vez más global y competitivo.
Si tienes alguno de los siguientes síntomas, estás yendo directo hacia el pozo del estrés. Utilízalos como alerta para balancear la ecuación trabajo-vida.
Te cuesta concentrarte
El cansancio físico y mental crónico puede llevar a problemas cognitivos importantes, como pueden ser la dificultad para mantener la concentración, la atención y retener temas importantes en la memoria.
Probablemente te cueste más realizar tu trabajo al mismo ritmo al que solías hacerlo. Los expertos indican que “nuestros cerebros están diseñados para mantener niveles de estrés durante intervalos limitados de tiempo, así, cuando el estrés se convierte en crónico, se reduce nuestra capacidad de concentrarnos y prestar atención a otras cosas”.
Siempre tienes mucho que hacer
¿Siempre sientes que deberías estar trabajando más? Un estudio de la Universidad de Zaragoza indica que “las personas con alto riesgo de sufrir estrés en el trabajo son ambiciosas que estarán dispuestas a sacrificar su salud y su vida personal por sus trabajos”.
Te sientes culpable
Trabajas todo el día, pero no eres capaz de sacar adelante todo tu trabajo (quizá porque tienes mucho trabajo, o quizá porque no puedes concentrarte) y acabas sintiéndote culpable porque nunca completas tu trabajo, lo que se convierte en un círculo vicioso en el que acabas trabajando más aún.
Siempre te sientes físicamente y emocionalmente cansado
Cuando estás cansado debido al estrés y a las pocas horas de sueño, puedes llegar a estar físicamente cansado, lo que deriva en otras enfermedades como problemas digestivos, problemas coronarios, depresión u obesidad.
Tienes cambios de humor
Un informe de una importante aseguradora de Estados Unidos indica que el estrés conlleva directamente al cansancio emocional y a la pérdida de la toda autoestima, lo que lleva a la despersonalización, alienación y depresión.
Te estás convirtiendo en un cínico
Esto es un mecanismo de defensa frente al sentimiento de vulnerabilidad. Porque, cuando piensas que nada puede salir bien, te conviertes en un cínico y un pesimista.
Te pones enfermo muy frecuentemente
Cuando tu organismo sufre de estrés crónico, tu sistema inmunitario se debilita considerablemente, y te conviertes más vulnerable a infecciones, resfriados, gripe, … y otras enfermedades inmunitarias.
No puedes dormir
Aunque estás cansadísimo, no puedes dormir. O, si te duermes, es un sueño ligero y te despiertas fácilmente. Te despiertas a media noche o mucho antes de que suene el despertador. Si es así, puedes estar sufriendo de insomnio provocado cuando no puedes dejar de pensar en la enorme cantidad de trabajo que tienes y si serás o no capaz de conseguir acabarlo.
Bebes más de la cuenta
Si vas demasiado a tu bar favorito, incluso en días de diario, puedes estar intentando esquivar los sentimientos que te están atormentando. Si no lo gestionas bien, puede acabar en adicción.
No tienes vida fuera del trabajo
Cuando piensas que no eres lo suficientemente bueno, acabas pensando todo el tiempo en el trabajo, incluso cuando no estás en el trabajo.
Pero, ¿cómo saber si estás obsesionado con el trabajo? Contesta tú mismo a estas seis preguntas: ¿Harías casi cualquier cosa por tu trabajo, ignorando aspectos muy importantes de tu vida? ¿Tu salud se está viendo afectada por tu trabajo? ¿La gente con la que compartes tu vida te dice siempre que trabajas demasiado? ¿Tus relaciones personales con tu familia y amigos se están viendo perjudicadas por tu trabajo? ¿Trabajas más y más tiempo que todos tus compañeros? ¿Si no pudieras trabajar como trabajas ahora, sufrirías algún tipo de decepción personal?
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