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Con las deudas universitarias en máximos históricos y los pagos de préstamos educativos a punto de comenzar, la temporada de graduación puede llenarse no solo con un sentido justificable de logros y grandes esperanzas, sino con una clara angustia acerca de cómo conseguir tu primer trabajo y comenzar una significativa carrera profesional.

Aquí os dejamos algunas ideas y consejos a tener en cuenta para aprovechar todas tus posibilidades como recién graduado. ¡Allá vamos!

1. ¿Estás buscando solo un trabajo o el comienzo de una carrera profesional? Puede ser que aún no sepas lo que quieres hacer o que te sientas tan desesperado por conseguir un trabajo que seas propenso a adoptar un enfoque desmedido. Aun así, es probable que sea un error con consecuencias a largo plazo si solo aspiras a cualquier cosa inmediata sin pensar en el futuro.

   Debes reconocer que, cada vez que solicitas tu segundo empleo, es probable que te hagan preguntas como: ¿por qué aceptaste tu primer trabajo? ¿Qué aprendiste de tu primer trabajo? ¿A qué valor te proporcionó tu jefe? ¿A qué aspiras con tu segundo jefe? Es importante estar siempre pensando en el próximo paso en tu carrera.

2. Considera lo que quieres aprender en tu primer trabajo. Busca oportunidades de empleo que te enseñen las cosas que sabes que necesitarás aprender y te ayudarán a adquirir las experiencias necesarias que se esperan para el próximo trabajo en tu carrera profesional.

   Puede ser, por lo tanto, una gran idea no solo mirar trabajos que deseas ahora, sino trabajos de segundo nivel hacia los cuales vas a aspirar en unos pocos años. Conoce los requisitos previos que los empleadores tienen para esos puestos. Luego, emprende la tarea inteligente de encontrar aquellas compañías y puestos que te establecerán ahora para obtener el éxito en los trabajos que buscas a largo plazo.

   Te guste o no, si te unes a una firma de primer nivel, el hecho de que te contraten dice mucho acerca de ti. Y si te unes a una empresa con una mala reputación o sin reputación en absoluto, puede perjudicar tus perspectivas laborales más adelante.

   Hay un viejo adagio que sugiere que nada de lo que poseas puede superar el valor de tu buen nombre: tu reputación. Todo lo que hagas a partir de ahora construye tu reputación, y debes asegurarte de seleccionar los tipos de asociaciones y relaciones que puedan ser beneficiosas a largo plazo.

3. Cuando te tomas el tiempo para aprender sobre otras personas y sus necesidades, y te ofreces ayudarlos cada vez que tienes la oportunidad de hacerlo, estarán mucho más ansiosos por ofrecerse por ti. Y recuerda que, cuando llegues a pedir ayuda, sé específico con respecto a las formas en que alguien puede ayudarte y las que no, adaptándote a sus capacidades y, probablemente, a su disposición a ayudar.
4. Descubre lo que la gente opina sobre ti. Compruébalo en múltiples motores de búsqueda. Limpia tu página de Facebook y considera que, independientemente de su configuración de privacidad, cualquier elemento que esté en línea puede ser encontrado por un emprendedor verificador de antecedentes. ¡Deshazte de todas esas imágenes que pueden ponerte en duda!

Y por último…

5. Dale a cada solicitud de empleo el tiempo que se merece. No debe ser un juego de números, y cuando lo es, casi siempre favorece al de arriba. Eso significa que necesitas tomarte el tiempo necesario para diseñar una carta de presentación para cada puesto. Explica un poco sobre lo que sabes, sobre la compañía y sobre el rol que estás solicitando.

¡Buena suerte!

Imagen: Photo by Anete Lūsiņa on Unsplash