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Una entrevista es un momento importante, decisivo y, por tanto, tenso. Un momento en el que nos ponemos nerviosos y en el que nada parece estar tan claro en la sala de espera.

Si bien la mejor alternativa es relajarse y tratar de ser sincero y natural, existen algunas preguntas que suelen repetirse y que, por su amplitud o imprecisión, resultan un problema a la hora de responder. Por ello, hoy os dejamos 3 preguntas recurrentes en entrevistas MBA y algunos consejos acerca de las mismas.

1.¿Cuál dirías que es tu mayor debilidad?

A nadie le gusta admitir sus propios errores. Cuando otra gente trata de señalarlos, intentamos enfatizar sobre nuestros puntos fuertes a modo de defensa. Es por eso que abordar nuestras propias debilidades habla mucho y muy bien de nosotros y, por ello, en una entrevista será una pregunta que hablará de nuestra capacidad de superación, de nuestro ego o humildad.

Si tienes una deficiencia en tu solicitud, como falta de un servicio comunitario significativo o un rendimiento académico mediocre de pregrado, use la entrevista para despejar cualquier duda sobre posibles banderas rojas. Explica cómo ya has comenzado el arduo trabajo de mejorar tus características negativas y que tienes un plan para mejorar aún más en la escuela de negocios a través de actividades y trabajos de clase específicos.

Lejos de ser un perjuicio, esta sinceridad puede mejorar tu oportunidad de admisión en un programa de MBA superior. Cuando transmites una evaluación honesta de las debilidades, cualquiera de tus puntos fuertes mencionados durante la entrevista tendrá más credibilidad.

2.Háblame sobre un dilema ético con el que hayas tenido que lidiar

Los programas de MBA quieren equipar a los estudiantes con la capacidad de analizar situaciones comerciales que plantean dilemas morales o que parecen exigir acciones impopulares. La pregunta del dilema ético le da al entrevistador de admisiones un vistazo de tu filtro moral y un indicador de cómo la vida te ha probado.

Elije tu dilema ético cuidadosamente para asegurarte de que la situación no tenga una respuesta clara, y recuerda que no necesitas ser un acertijo a gran escala. Las situaciones que descansan en el área gris son más efectivas con este tipo de preguntas, ya que esas circunstancias requieren liderazgo, matices y madurez.

Por ejemplo, consultamos con un solicitante que, en una posición anterior, había descubierto que sus jefes estaban manipulando los informes de valoración para hacer feliz al cliente, pero que no eran precisos para los inversores. El solicitante estaba manejando números y proporcionando datos, y tuvo que decidir si confrontar a sus jefes o al cliente sobre la falta de integridad en los informes.

Al contestar este tipo de preguntas, debe describir brevemente la situación, explicar cómo respondió y qué medidas tomó, y luego reflexionar sobre lo que aprendió de la experiencia.

Responder a la pregunta del dilema ético puede hacer tropezar incluso al más astuto de los solicitantes.

3. Háblame de ti

Esta parece ser la pregunta más fácil pero debido a que es muy abierta, los solicitantes a menudo divagan y se pierden entre la maleza. Estructura tus pensamientos y propón tu discurso de presentación de uno a dos minutos en el que transmites quién eres y qué te motiva, tu educación, logros laborales y pasiones, por qué quieres un MBA y qué objetivos profesionales te ayudará a alcanzar.

Tu entrevistador desea evaluar si contribuirías con entusiasmo al programa, así que practica tu discurso con múltiples audiencias hasta que fluya sin esfuerzo y suene coloquial, auténtico y, sobre todo, memorable.

Una entrevista sólida de MBA no necesariamente te hará entrar, pero una entrevista mal conducida podría mantenerte fuera de la escuela de tus sueños. Usa estos pequeños consejos para aumentar tus posibilidades, el último paso ya lo conoces: relájate y disfruta el proceso.