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Todos sabemos lo difícil que es construir y mantener nuestras relaciones sociales en momentos determinados pero… ¿y las laborales? Pueden llegar a ser mucho más complejas e inestables sin los métodos y la actitud correcta. Al mismo tiempo, pueden llegar a ser mucho más significativas que las sociales. Hoy, en Club MBA, consejos para confeccionar y mantener tu propia red profesional.

Cómo ponerse en contacto con clientes y empresarios

Estamos ocupados, cansados y con nuestra agenda repleta de compromisos. Este tipo de factores nos llevan a abandonar la posibilidad de generar nuevos contactos en nuestra lista de interés y, por tanto, es un mal contra el que debemos enfrentarnos cuanto antes.

Es importante que te mantengas “en el mundillo” por tu propia seguridad en el entorno. Vivimos en un mundo conectado cuyas relaciones significan todo y, mantener un buen grado de reciprocidad entre iguales trae nuevos proyectos, ideas y conceptos que de otro modo no habrían llegado a nosotros o, en su defecto, llegarían tarde.

Creación de tu red profesional

Estas conversaciones nos llevarán a encontrar puntos en común con otros emprendedores o clientes potenciales. Piensa en ello como un enorme embudo por el cual vas filtrando a las personas, sus intereses y convicciones, sus metas y, sobre todo, tu meta. Muchas de esas personas compartirán contigo puntos de vista y, por otra parte, tendrán su forma de ver las cosas y eso te ayudará a conseguir varios focos sobre un mismo punto.

La capacidad de saber entender la situación viene dada por no sólo un par de ojos. Crear tu propia red profesional será como una colchoneta que te hará sentir protegido y arropado por gente con la misma iniciativa. Mantente abierto y selecciona muy bien a esas personas que formarán parte de tu red profesional.

Un continuo proceso

La creación de redes es un proceso continuo de comunicación con el objetivo de desarrollar relaciones más estrechas, sólidas y de calidad.

No se trata de meter y meter gente en tu red pues, como suele decirse, “el que mucho abarca poco aprieta”. Trata de buscar el punto medio entre un buen número de personas y un buen número de puntos de vista, de cualidades, de aspectos valiosos para interiorizar en ti mismo. Son como un espejo en el que debes mirarte, una enciclopedia interactiva de la que aprenderás día sí, día también. Recuerda que lo más importante de una red profesional no es el número, ni tampoco el interés material, no. Se trata del aprendizaje.

Relaciones más estrechas al mantener el contacto

“Hace mucho tiempo que no hablamos, ¿cómo va todo?”. Puede sonar muy natural, común, y hasta innecesario o improductivo pero nada más lejos de la realidad. Mantener el contacto con nuestra red profesional no sólo servirá para que entiendan que estamos ahí, que nos preocupamos y que estamos activos, también nos ayudará a entender los tiempos y procesos de los demás, a seguir de cerca sus avances y sus problemas y tratar de ayudar con ello.

Tanto con colegas como con clientes, mantener este tipo de relación les enseñará tu preocupación y eso traerá consigo información y empatía. Puede que, sin organización, caigamos en olvidar este paso (importantísimo) de mantener el contacto con nuestra red profesional y, por eso, es fundamental controlar los tiempos y dejar esos espacios ideales para echar un ojo a los nuestros y descubrir con quienes estamos perdiendo contacto paulatinamente.

Contacto con nuevos perfiles para tu red

Una vez tengas tu red profesional confeccionada y funcionando descubrirás lo fácil que es añadir más nombres a la lista. Lo más importante en este caso es recordar que no cualquier nombre sirve: escoge a las personas con las que tengas puntos en común, objetivos comunes o de las que puedas aprender y sacar lecciones valiosas para tu vida y tu trabajo. Saber seleccionar y cribar es imprescindible para que toda tu red no se venga abajo por falta de practicidad a la hora de visibilizar.

El siguiente paso es el más sencillo de todos: ¡manos a la obra y a comenzar tu propia red profesional!

Imagen: Unsplash