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La respuesta, como en la mayoría de cosas importantes en la vida, no es sencilla. Los rankings MBA nos muestran el prestigio y la reputación de una escuela de negocios. No existe otra medición más influyente en ese aspecto.

Un sistema de medición es imprescindible a la hora de elaborar una gráfica y poder comparar ciertos puntos que nos resultan realmente interesantes a la hora de tomar una decisión que cambiará por completo nuestra vida.

Aun así, no hay métodos perfectos de medición detrás de cada clasificación. Existen defectos, pequeños errores o imprecisiones. Es una directriz, un baremo sobre el que nos podemos mover a la hora de tomar una u otra decisión. Pero, ¿debemos guiarnos únicamente por ello? No.

Muchos de los medios de comunicación que clasifican las escuelas de negocios han ajustado sus metodología a lo largo de los años, realizando incluso rankings anuales, pero bajo ninguna circunstancia se debe elegir una escuela únicamente por la base de su clasificación en cualquiera de estas encuestas. Solo es un aspecto más a tener en cuenta, el ambiente que se respire entre alumnos y profesores o la propia cultura puede llegar a ser mucho más importante.

Desde aquellos que están más interesados en ambientes más íntimos hasta aquellos que prefieren pensar a lo grande, hay una escuela apropiada para cada uno. Un buen ejemplo sería la Escuela de Tuck en Dartmouth o Stanford, Harvard o Wharton. Por otra banda, Wall Street y el mundo de las finanzas son siempre una opción brillante.

Como ya habrás imaginado muy pocas personas llegan a entrar en este tipo de escuelas de élite, con lo que las calificaciones se vuelven extremadamente importantes. El mayor beneficio de esos rankings se encuentra por debajo de los 10 o 20 primeros. ¿Por qué? Es donde hay menos información disponible para tomar la mejor decisión. Mucho antes de que hubiese clasificaciones hubo por lo menos 50 escuelas que afirmaron que estaban entre los 25 y unos 100 decían estar entre los 50. Ese tipo de cosas ahora no pasan gracias a los rankings que, pese a su imprecisión, nos aportan este tipo de beneficios casi por el simple hecho de existir.

Con todo, las clasificaciones siguen perpetuando el pensamiento elitista. El prestigio y el valor de una experiencia MBA no solo debe ir a escuelas de «marca alta» que terminan en estas listas. Hay cientos de otras escuelas de negocios que pueden ofrecerte una educación de primera y una experiencia invaluable.

Una escuela de negocios, ya sea en las 50 mejores escuelas o no, es un mercado de ideas. Está lleno de personas inteligentes que quieren más de sus vidas y están dispuestos a invertir su tiempo, su intelecto y su dinero para conseguirlo.

Como suele decirse: ¡Que gane el mejor!

Fuentes: Poets & Quants

Imágenes: Flickr by Marc Bonica