Malos hábitos de tu postura corporal que debes corregir ya
No es lo que dices, sino cómo lo dices. Ya sabemos que es un viejo cliché, pero es cierto. Por eso, el lenguaje corporal es tan importante en la comunicación entre las personas. La forma de actuar puede variar el significado de lo que se está diciendo.
Dicho esto, los malos hábitos de lenguaje corporal son los hábitos a menudo más difíciles de romper. Estamos tan acostumbrados a encorvarnos, a bajar la mirada o a cruzar los brazos, que apenas nos damos cuenta de lo que estamos haciendo.
Aquí hay varios errores del lenguaje corporal que van a ser difíciles de cambiar. Sin embargo, si eres capaz de renunciar a ellos, más adelante no te arrepentirás. Si estás muy arraigado en el hábito de estar inquieto, puede ser difícil salir de él. Sin embargo, es importante tomar medidas para que puedas controlar este hábito nervioso.
A continuación te contamos algunos hábitos de tu lenguaje corporal que debes empezar a dejar de lado.
Jugar con tu pelo
Deja en paz tu pelo. Pasar constantemente tus manos por tu cuero cabelludo y retorcer los mechones de tu pelo puede ser bastante molesto para la otra persona. Además, puedes estropear tu cabello haciendo esto.
Adoptar posturas defensivas
Muchas personas cruzan naturalmente sus brazos o se encorvan un poco, simplemente porque no saben qué hacer con sus manos.
Sin embargo, esta postura puede hacer que parezcas incómodo, a la defensiva o poco fiable.
«Uno siempre debe mantener sus manos a la vista cuando se está hablando», según Patti Wood, experto en lenguaje corporal y autor de SNAP: Making the Most of First Impressions Body Language and Charisma. Cuando tu interlocutor no puede ver tus manos, pueden preguntarse qué estás ocultando.
Hacer gestos raros con las manos
¿Gesticular o no gesticular con las manos? Ésa es la cuestión.
Algunas personas se quedan demasiado quietas mientras hablan, mientras que otras se se mueven demasiado.
Vanessa Van Edwards, consultora de comportamiento, señala que el uso de gestos con las manos mientras hablamos es, en realidad, una forma efectiva de atraer a tu público. El truco está en evitar los gestos de manos demasiado exagerados. No apuntes, no pretendas dirigir una orquesta imaginaria (en serio) y no hagas demasiada coreografía.
Arrastrar los pies, en lugar de caminar
Los seres humanos son criaturas demasiado sensatas. Creemos que podemos decir mucho sobre una persona basándonos en juicios precipitados, y más con algo tan simple como su forma de caminar.
Según la BBC, la forma en que caminamos realmente puede determinar nuestro riesgo de ser asaltado. Puede ser difícil de cambiar esta manía de tus pies una vez que has caído en un mal hábito, pero es importante caminar con confianza y coordinación.
Olvidarte de sonreír
Tonya Reiman, autora de The Power of Body Language, dice que la sonrisa demuestra confianza, apertura, calor y energía.
«También pone en marcha el reflejo de tus neuronas en tu interlocutor, dándole instrucciones para devolverte la sonrisa. Sin la sonrisa, un individuo puede considerarse a menudo como sombrío o distante,» explica.
No hay nada más irritante que hablar con alguien que claramente no te está prestando atención.
Parecer distraído
Algunas personas son naturalmente distraídas o están ocupadas, por lo que puede ser tentador mirar tu Smartphone o mirar a cada momento lo que pasa a tu alrededor. Aún así, hay que controlar este impulso cuando estás con otras personas. De lo contrario, vas a parecer una persona grosera y despreocupada.
Encorvarte
Ponte derecho. Encorvarse es una postura terrible fácil de desarrollar y especialmente difícil de corregir: sobre todo nos ocurre a muchas personas que trabajamos sentadas en un escritorio la mayor parte del día.
Encorvarte no solo te hace parecer desconfiado, sino que además es malo para la espalda. Mejora tu salud dorsal y la imagen que muestras al mundo poniendo recta tu espalda.
El contacto visual inexistente o agresivo
Sharon Sayler, autora de What Your Body Says (And How to Master the Message) dice que la cantidad ideal de contacto visual debe ser “una serie de largas miradas en lugar de miradas cortas e intensas”.
Eso sí, las miradas excesivamente largas pueden hacer que todo aquello sobre lo que estás hablando se convierta en algo bastante incómodo. Por otro lado, apartar los ojos repentinamente indica disgusto o falta de confianza hacia la otra persona. Por lo tanto, debemos evitar también esto.
Ser demasiado tranquilo
Desde luego que es bueno ser tranquilo y no el hecho de no dejar de moverte en todo momento. Sin embargo, tampoco creemos que quieras parecer extrañamente tranquilo durante tus conversaciones, especialmente aquellas importantes para ti (entrevistas de trabajo, presentaciones, debates, reuniones sociales…). Esto puede hacer que las personas se sientan incómodas contigo, o que sientan que no estás interesado en lo que te están contando.
En su lugar, trata de reflejarte en la persona que está hablando. No decimos que les imites (pues podrían ofenderse por algo así), sino que sutilmente copies algunos de sus gestos y expresiones.
Desata tu comunicación verbal y no verbal
Puede que todo lo que digas esté muy bien dicho, pero si tu lenguaje corporal no acompaña ni coincide con tus palabras, puedes terminar llevando a tus interlocutores por caminos equivocados.
De hecho, investigadores de la Sacred Heart University dedicaron todo un estudio a este fenómeno. Los sujetos de estudio eran parejas casadas, aunque su hallazgo fue bastante universal: cuando los mensajes verbales y no verbales no se alineaban, “las señales no verbales llevan la peor parte del mensaje emocional”.
Fuente: 11 horrible body language habits that are hard to quit, but you’ll be glad you did
Foto: Kerry Lannert / Flickr
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