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Cuando vas a una entrevista de trabajo, parece que todo el mundo tiene un consejo que darte.

Por una parte tienes al típico amigo que te dice cómo negociar, por otra los artículos de internet que te dicen cómo debes vestir, y por otro lado tu madre, que te recuerda que realmente debes ser tú mismo. Con estas recomendaciones tan contradictorias es muy complicado discernir cuáles son las buenas y cuáles las malas.

A continuación te contamos 5 de los consejos que las personas que nos rodean más tienden a darnos y que, en realidad, nos deberíamos plantear seriamente si queremos que todo vaya bien.

“Lleva siempre traje”

Solemos dar por hecho que a una entrevista de trabajo debemos ir de punta en blanco, a poder ser “de traje”. Sin embargo, presentarte con un traje a una entrevista, cuando la empresa para la que eres candidato/a es más bien informal, podría estar enviando un mensaje de “no entiendo tu cultura” a esa compañía. Es por eso que no debemos siempre tomar al pie de la letra este consejo.

Es importante estudiar la cultura de esa empresa para saber a ciencia cierta cómo ir vestido a la entrevista, pues quizá con unos vaqueros y un polo o camisa informal vayas perfecto/a.

“Llega con tiempo de sobra”

Obviamente, no debemos llegar tarde a una entrevista de trabajo. Pero también es cierto que si llegas demasiado pronto, también puedes salir perjudicado/a a la hora de conseguir ese trabajo.

Tengamos en cuenta que hay una línea muy delgada entre mostrar interés por el puesto y parecer desesperado/a, y está claro que no queremos que parezca la última de las dos cosas que he mencionado.

Además, puedes agobiar al entrevistador, pues no te esperaba hasta la hora acordada y que, de repente, hayas llegado 15 minutos antes (por ejemplo) le puede acabar frustrando. Una buena idea es ir con tiempo de sobra, y hacer tiempo tomándote un café en algún sitio cercano a la empresa, y acudir a la entrevista a la hora acordada.

“Di ‘soy muy perfeccionista’ cuando te pregunten ‘¿Cuál es tu mayor debilidad?”

El entrevistador no es tonto: si le contestas una fortaleza tuya, cuando realmente te están preguntando por una debilidad, se va a dar cuenta seguro. Y, créeme, puede sonar demasiado falso.

Sé honesto, di cuáles son tus debilidades reales y, simplemente, después explica cómo las está logrando atascar. Puedes decir “me despisto con facilidad” y añadir después un “por eso llevo una agenda con todo lo que debo hacer y cuándo”. Presentas un problema o debilidad, sí, pero también presentas una solución muy válida.

“Sé tú mismo”

Este consejo es muy relativo, pues la capacidad de adaptar la actitud a según qué tipo de situaciones es muy importante. No vas a comportarte con tu entrevistador, igual que lo harías con un amigo tuyo mientras tomáis algo en una terraza.

No se trata de mentir al entrevistador, simplemente de enterarte de lo que está buscando, y tratar de demostrar que cumples con esos requisitos. Se trata de jugar con tus mejores habilidades durante la entrevista, para así crear una primera impresión memorable.

“No preguntes por el sueldo”

Estamos convencidos de que hablar de dinero es incómodo y, en ocasiones, así es. Sin embargo, en una entrevista laboral, sacar el tema es muy importante: si no lo hacemos, puede parecer que no nos importa y que aceptaremos cualquier oferta.

Plantear el tema en una primera entrevista quizá sea demasiado embarazoso, pero no dejes que este tema pase de la segunda.

Si no quieres poner el dinero por delante de todo, al menos pregunta por las franjas de retribución con las que trabajan en esa empresa, pero debes abordar el tema antes de echar horas y horas en un trabajo donde no te están pagando lo que merecerías.

Fuente: The Worst Job Interview Advice People Love to Give

Foto: Unsplash.com