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A muchos nos puede sonar como una pérdida de tiempo, algo que no tiene nada que ver con nosotros (a no ser que seamos escritores) o, de algún modo, que nos aleja y ocupa tiempo que realmente podríamos emplear en trabajar. Si bien eso es cierto, existen muchos motivos que convierten esta práctica en un ejercicio no solo recomendable, sino también muy rentable a largo plazo.

Y, entonces, ¿en qué puede ayudarnos escribir un libro?

Vivimos en una sociedad completamente conectada, en la que todos somos capaces de saber qué está pasando por la mente del resto con un simple “click”. Tenemos redes sociales, aplicaciones en nuestros teléfonos y ordenadores en todo. Tenemos televisiones y también radios en nuestros coches, con lo que todo el tiempo estamos conectados a la gran red del mundo.

Por eso, escribir un libro, en primer lugar, es una herramienta clave a la hora de darte a conocer a los demás. Si deseas que la gente descubra tu forma de pensar, entonces haz que la gente tenga cómo hacerlo de forma rápida, directa y sencilla. ¿Quieres saber qué opino del mundo de los negocios? ¿Quieres saber qué decisiones me supusieron un problema y cuales me allanaron el camino hacia el éxito? Está claro que todos querríamos saber eso.

Una herramienta clave de la que obtenemos 2 grandes utilidades

Con ello, escribir un libro nos supondrá una práctica completamente diferente dependiendo del ámbito al que queramos enfocarlo. Si alguien trata de escribir su propia biografía, tendrá una serie de obstáculos completamente diferentes de los que tendría si tratara de escribir un ensayo sobre los brotes de malaria en el siglo XXI, por ejemplo. Por ello, un libro puede ser mil cosas y nadie debería cerrarse a la posibilidad de escribir uno: será de ayuda tanto para darte a conocer como para aquellos más conocidos que lo puedan utilizar como producto de venta y acercar a la gente a su punto de vista en un tema u otro.

Las personas tendemos a perder hábitos de conversación conforme avanza la tecnología, y la capacidad para sintetizar la información se ha vuelto tan importante que necesitamos algo más que las simples redes sociales para poder comprender otro de los beneficios de escribir una obra. Pensad que un libro no es como una charla, sino más bien como una conferencia. En pleno siglo XXI estamos tan acostumbrados a los “estados”, las “sinopsis” y los resúmenes en general, que cuando nos vemos obligados a desarrollar una opinión razonada delante de la gente, nos venimos abajo y todo se convierte en un largo “ehhh, uhmm”. Pues bien, aprender a hablar en público puede conseguirse a través de la escritura y, una buena prueba de ello, es que antes de dar un discurso es fundamental llevar escrito un buen esquema de los puntos a tratar. La escritura, por tanto, nos ayudará también a la hora de hablar con los demás.

Y ahora dime, ¿Qué puede haber mejor para definir a un hombre de negocios que el hecho de que es alguien con una gran capacidad para comunicarse con la gente y sacarle partido a sus necesidades?

Si puedes expresarte y eres capaz de escribir un libro entero con su introducción, su nudo y su cierre, entonces cuenta con que estás un pasito más cerca de poder enfrentarte a la gran tarea de hablar en público y convencer a los oyentes de que tu ponencia es la más acertada, tu idea la mejor planteada o tu proyecto el más interesante.

Recuerda que, para hablar, es importante saber escribir y, para escribir, es muy importante saber leer. Céntrate en observar a las personas, lee muchos libros y “des-sintetiza” toda esa información que tienes almacenada en el disco duro, esperando que pierdas el miedo y te decidas a rescatarla.
¿De qué iría tu propio libro? Esa, queridos amigos, es una gran pregunta.

Fuente: Forbes

Imagen: Flickr by Kathleen Tyler Conklin licencia de Creative Commons CC BY-ND 2.0