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Desde 2005, el ratio de personas que trabajan desde casa ha crecido en un 103% en Estados Unidos. Y, en España, es un modelo que poco a poco se ha ido también implantando.

Y no es de extrañar.

Internet está dando un impulso a la comunicación y las familias, cada vez en mayor medida, necesitan buscar huecos para hacerse cargo de sus hijos y las tareas domésticas, necesitando, tanto papás como mamás, trabajos con horarios más flexibles.

Pero existe un diseñador que se muestra escéptico cuando le dicen que el trabajo desde casa sustituirá a la oficina tradicional en el futuro, pues un espacio de encuentro para trabajar bien diseñado ofrece cosas que el teletrabajo no puede aportarnos.

Joseph White es director de estrategia en el lugar de trabajo, diseño y gestión del gran gigante de los muebles, Herman Miller. Está seguro de que los lugares físicos son el “corazón de la cultura”, pues si no tenemos un lugar físico para la cultura de nuestra empresa, ésta puede acabar desapareciendo.

Muchas oficinas estadounidenses (y españolas también, si traemos el ejemplo a nuestras fronteras) siguen siendo bastante pésimas a la hora de organizar sus espacios físicos, sin embargo, dice White, un espacio físico donde trabajar sigue siendo esencial para la creación de un trabajo colaborativo de alta calidad, aun teniendo en cuenta la era digital en que vivimos.

Esto ocurre, precisamente, porque el espacio físico crea entornos de interacción entre las personas que lo ocupan, produciéndose debates entre ellas que conducirán, en la mayoría de los casos, a grandes ideas.

Si, por ejemplo, en una ciudad la gente se mueve en direcciones diversas, cuando sus caminos se crucen se producirá lo que conocemos como “nodos”, y estos son tan importantes en la creación de municipios y ciudades, como lo son las oficinas físicas a las que un número determinado de empleados le dé algo de vida.

¿Conoces el caso de Steve Jobs y la ubicación donde instaló los cuartos de baño de la compañía?

Al ya fallecido magnate de Apple se le ocurrió ubicar los baños justo en el centro del gran campus de la compañía. Los empleados solían quejarse de que, para hacer sus necesidades, debían caminar, al menos, 15 minutos. El objetivo de Jobs era generar vínculos entre empleados de distintas partes del campus que, de otra manera, jamás se hubieran saludado siquiera.

Es cierto que plataformas como Skype o Google Hangouts facilitan todos aquellos encuentros y reuniones ya planeados, pero los encuentros que ocurren por casualidad solo pueden darse en un espacio físico.

“El papel de la tecnología en el lugar de trabajo siempre va a estar cambiando”, según White. Sin embargo, el valor del cara a cara, en tiempo real, sin una pantalla entre dos personas, difícilmente cambiará.

Como curiosidad, en 2008 algunos investigadores del norte de Estados Unidos concluyeron, mediante la utilización de placas electrónicas, que las personas éramos más productivas después de asistir a una reunión física. También es importante señalar que solemos ser más productivos en entornos físicos después de una reunión cara a cara debido a que, al compartir espacio con los compañeros tras ese encuentro, se generan ideas que pueden dar buenos empujones a los proyectos.

Tiene sentido, ¿no?

Esto, desde luego, no quiere decir que sea necesario estar en la oficina todo el tiempo.

Llega un momento en que, sabiendo lo que tienes que hacer, solo te queda lograrlo y, en ocasiones, un ordenador con Internet desde casa es suficiente.

Fuente: Why working from home can never kill the office building

Foto: Unsplash.com