10 actitudes que diferencian a las personas exitosas del resto

Un reciente estudio internacional realizado a más de 500 líderes empresariales, a los que preguntaron la diferencia entre grandes empleados y el resto. El objetivo de la encuesta era desvelar por qué unas personas tienen más éxito en el trabajo que otras: fue sorprendente saber que un 78% de los líderes entrevistados utilizaron la palabra “personalidad” como razón principal.
El problema es que cuando los líderes dicen “personalidad” ni ellos entienden a qué se refieren. La personalidad consiste en una serie de preferencias y opiniones con las que las personas nos relacionamos con el mundo. Ser introvertido o extrovertido sería un ejemplo de rasgo de la personalidad.
En realidad, los rasgos de la personalidad se forjan a edades tempranas, cuando somos unos querubines, y se fijan más adelante en el tiempo, cuando somos adultos. Muchas cosas pueden cambiar a lo largo de nuestra vida, pero la personalidad no es una de esas cosas.
La personalidad no tiene nada que ver con el cociente intelectual o intelecto. Estamos ante dos factores paralelos que rara vez se juntan. Personalidad tampoco tiene que ver con Inteligencia Emocional, pues es aquí donde los líderes incluidos en el estudio han malinterpretado el término.
Las cualidades a las que los líderes seleccionados para el estudio se referían como “personalidad”, en realidad querían decir “habilidades de inteligencia emocional”. Y éstas, a diferencia de la personalidad, pueden cambiar y mejorarse a lo largo de la vida.
A continuación comentamos las habilidades detectadas entre los empleados más excepcionales:
- No les importa que se les reconozca el trabajo antes o después, y tampoco se limitan a realizar aquellas tareas para las que, en principio, fueron contratados. No tienen límites y no les gusta encasillarse.
- No toleran el conflicto, es decir, mantienen la compostura en los momentos más tensos, actuando de una manera lógica y calmada.
- Se centran. Cuentan con una gran capacidad para poner su trabajo por encima de clientes malhumorados, riñas en la oficina y otros asuntos personales. Se mantienen concentrados en lo que importa.
- No se cortan en decir lo que piensan o en preguntar algo que realmente no saben, por muy estúpido que parezca. Sin embargo, tienen un gran sentido de la lógica y el tiempo idóneo: piensan antes de hablar, y solo lo hacen cuando creen que es el momento oportuno para hacerlo.
- Controlan su ego. Esto no quiere decir que no los tengan: de hecho, son conscientes de lo que valen, pero controlan el hecho de sacarlo fuera. Si se equivocan, lo admiten; y si tienen que llevar a cabo tareas que no les corresponden, también lo hacen, con tal de mantener intacta la armonía del equipo de trabajo.
- Nunca están satisfechos. Están convencidos de que las cosas siempre pueden mejorarse. Y tienen toda la razón. Aun así, siempre son conscientes de que exigirse demasiadas cosas a uno mismo puede traer desavenencias y consiguen sacar un hueco para darse una palmadita sana en la espalda.
- Saben detectar errores y necesitan solucionarlos ya. A ellos no les vale el argumento “esto siempre ha sido o estado así”. Si consideran que ese fallo o error está afectando a los procesos de trabajo, lo arreglan de inmediato.
- Se hacen responsables de los errores que cometen. En cualquier idioma la frase “no es culpa mía” resulta muy fea. Si se equivocan, lo dicen, en lugar de taparlo para que nadie lo vea.
- Son seguidos y aceptados por sus compañeros. Estas personas suelen tener habilidad para el liderazgo, de ahí que sean seguidos. Además, suelen hacerse querer entre los compañeros. Esto es así de cara a los procesos internos de cualquier negocio; de cara a la imagen externa de la empresa, estas personas podrían llegar a ser los mejores embajadores de la marca.
- Neutralizan a la gente tóxica. Tratar con gente tóxica no es plato de buen gusto para nadie. Los empleados excepcionales controlan su relación con este tipo de personas, y cuando han de lidiar con ellas, consiguen atajar la situación de manera racional. Son capaces de encontrar soluciones a problemas relacionados con personas conflictivas e incluso cuando la cosa se pone fea, evitan que la otra persona se venga abajo.
Daos cuenta de que, en ningún momento, hemos mencionado factores como habilidades laborales, años de experiencia, títulos universitarios o posición dentro del organigrama de la empresa. Al final, todas estas cosas forman parte de un status que no os hará excepcionales, así como así.
¿Te identificas con algunos de los puntos de los que hemos hablado? ¿Consideras que tienes una gran capacidad de liderazgo?
Fuente: 10 Emotional Intelligence Skills that Successful People Have
Fotografía: Howard County Library System
There are no comments at the moment, do you want to add one?
Write a comment