club-mba.com

En la X Conferencia sobre el Liderazgo de la Mujer que cada año se celebra en la universidad de Duke (Durham, Carolina del Norte), Caroline Fairchild (Editora de New Economy en LinkedIn) comenzó su discurso planteando una cuestión ante una audiencia formada por unas 100 mujeres, entre las que había tanto estudiantes como profesoras de MBA.

El diario Fortune había publicado días antes una lista con 50 grandes líderes mundiales en la que menos de un tercio eran mujeres.

Su pregunta fue clara: “¿A alguien le sorprende?”. Pero a ninguna mujer de las que allí había se le ocurrió levantar la mano.

Que menos de un tercio de esa lista fueran mujeres, puede no sorprender tanto. Pero que la mayoría  de los asistentes a la conferencia ni se inmutase al enterarse de dicho ratio, probablemente sí sorprenda algo más. Muchas de las mujeres presentes en el evento se incorporarán al mercado laboral en cuestión de meses: lo preocupante es que parezca algo normal el hecho de no tener apenas modelos femeninos que las inspiren.

La siguiente pregunta fue más clara aún: ¿cómo podríamos hacer que esa estadística, en el futuro, se convirtiera en algo raro y sorprendente, a diferencia de lo que es ahora? Las respuestas que dieron no pasaron, en absoluto, inadvertidas.

No teniendo miedo de hablar de nuestros logros

Una de las respuestas que la audiencia propinó fue esta. Generalmente, las mujeres somos menos propensas a hablar de nuestros logros y objetivos conseguidos con los demás, al contrario que los hombres. Pensamos que simplemente haciendo bien nuestro trabajo los demás se darán cuenta de lo que valemos. La solución pasaría por no tener miedo de presumir de las cosas que hemos hecho bien, aunque debemos ser conscientes de que en sectores como las finanzas esto podría llegar a ser harto complicado.

Arriesgándonos más a menudo

Las mujeres tendemos a asumir menos riesgos que los hombres. Esto no quiere decir que a los hombres no les cueste tomar decisiones importantes, pero sí es verdad que a las mujeres nos cuesta más tomar decisiones arriesgadas, y más cuando nos hemos embarcado en aventuras más personales, como puede ser casarnos y/o formar una familia. Al final, la solución pasa por aprovechar las oportunidades que nos da la vida y llevarlas al terreno laboral, siempre y cuando esto tenga sentido en nuestra carrera.

Intentando obtener mucho apoyo en nuestra propia casa

Tanto si estamos casadas como si aun vivimos con nuestros padres, es crucial que nos apoyen. El apoyo que nuestra familia y/o pareja nos dé, puede brindarnos grandes oportunidades laborales a corto, medio y largo plazo.

Fuera prejuicios en los procesos de selección

Aunque estamos en el siglo XXI y hemos roto muchos lazos con aquellas sociedades en las que la mujer debía quedar relegada a las labores domésticas y a los hijos, parece ser que en los procesos de selección siguen existiendo muchos prejuicios hacia la mujer que inundan los departamentos de recursos humanos. Siempre se ha dicho que un hombre tiene más posibilidades de conseguir un trabajo que una mujer, aun teniendo un currículum no ya similar, sino idéntico. Afortunadamente ya existen empresas que se desprenden del nombre y el sexo del candidato, fijándose tan solo en su formación y experiencia, para así eliminar cualquier sesgo que pueda existir a la hora de contratar a alguien.

¿Cómo podríamos hacer para que, en unos años, sea más sorprendente (pero sorprendente de verdad) que existan tan pocas mujeres líderes en el mundo?