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La dos caras de la experiencia en un MBA en Harvard

La dos caras de la experiencia en un MBA en Harvard
marzo 24
17:12 2015

En una encuesta publicada por el periódico ‘The Harbus’ – un periódico de estudiantes MBA de Harvard – sólo el 51% de los alumnos que cursan sus estudios en la escuela de negocios de Harvard recomendarían con toda probabilidad el programa MBA a un amigo. El cuestionario, formulado a 105 estudiantes de MBA en Harvard de los cerca de 1.800 matriculados, consistía en evaluar la experiencia en la escuela en una escala de diez puntos bajo el método desarrollado por Brain&Co. Según este enfoque, el resultado de defensores ‘netos’ del MBA se obtiene sumando las puntuaciones obtenidas superiores a nueve puntos, y restándolas posteriormente de las puntuaciones por debajo de seis. La encuesta concluyó que el 62% de los estudiantes de la escuela de negocios de Harvard defienden el programa de enseñanza de ésta, frente a un 22% de descontentos. El número de promotores es mayor que el de detractores, pero conviene analizar la causa de un porcentaje tan alto de desagrado entre los alumnos.

Los estudiantes de la escuela de negocios de Harvard que calificaron al centro con mayor severidad se quejaron por el rigor y la estructura del plan de estudios desarrollado para los MBA, de sus compañeros de clase, del cuestionable aprendizaje en el aula y las posteriores oportunidades profesionales. Un buen número de estudiantes citó la presión a la que se ven sometidos por el programa debido a su estructura e intensidad. Uno de los estudiantes afirmó tras la encuesta que la escuela le sometió a tal nivel de presión que comenzó a tener episodios de ansiedad y depresión. Aseguran que una estructura tan dura en el programa solo imposibilita a los estudiantes para realizar otras actividades – relacionadas con el conocimiento o el ocio – e incluso para conocer a los propios compañeros de clase. El enfoque puramente académico y la dureza del programa, es para muchos estudiantes una forma de fabricación de máquinas expertas en materia empresarial, pero solo eso.

¿Qué campos abarcan las enseñanzas de un MBA? Esta es otra de las cuestiones que causaron más decepción en los estudiantes. Un buen número de encuestados cree que la escuela canaliza su formación hacia los ámbitos de la consultoría y las finanzas, dejando a un lado otros campos para los MBA con ambiciones diferentes, y por tanto, coartando sus oportunidades. El terreno de los negocios es de espectro muy amplio y no se tocan todos los palos que los alumnos esperan antes de formar parte de la escuela. Este descontento está relacionado con el de aquellos que creen que la estructura de las clases y los conocimientos a impartir son demasiado rígidos.

Cuando ‘The Harbus’ pidió a los estudiantes proponer algunas claves para paliar tal déficit, el consenso general fue que la escuela de negocios de Harvard necesita renovar su programa de estudios e incorporar una asistencia más individualizada, incluyendo técnicas de entrenamiento para aquellos que buscan fomentar sus habilidades en aquellos campos de los negocios que no se ciñen únicamente al terreno de las finanzas. Además, piden que se rebaje la dureza académica para poder ahondar en las relaciones con sus compañeros de clase, “cuesta mucho hacer amigos aquí”, asegura uno de los estudiantes.

También son motivo de queja las estrictas normas que limitan la actividad de los pupilos, “un ejemplo es la prohibición del uso del portátil”, sentencia un alumno, “es necesario tratar a los estudiantes como adultos y cultivar así el sentido de la responsabilidad”. Hay normas necesarias en un centro de estudios, y otras que no hacen más que interferir en el aprendizaje.

Sin embargo, a pesar de las críticas, la mayoría de los alumnos hicieron comentarios positivos al respecto de la escuela de Harvard. Muchos estudiantes citaron como puntos positivos la alta competencia y la buena actitud de sus compañeros de clase, así como la calidad de la enseñanza. “La calidad de los estudiantes es lo que diferencia la escuela de Harvard de otras”, escribió uno de los encuestados. Otros defensores, citaron las oportunidades profesionales que ofrece el programa, “incomparables con las que se encuentra uno tras graduarse”. El contacto con los profesionales de la escuela y la conexión que se crea entre los alumnos y los ex- alumnos, permite desarrollar una red profesional que funciona para muchos como incubadora de algo grande.

Aquí os mostramos algunos de los comentarios que dejaron los alumnos encuestados.

En el lado positivo:

“Lo que distingue a la escuela de otras es la calidad de la gente. A parte de ser inteligentes, me parece que los estudiantes son, en general, reflexivos, cálidos y humildes. Eso hace que todos los días aquí sean un verdadero placer”.

“Creo que la decisión de venir a una escuela como la de Harvard no es nada fácil, se necesita cierta personalidad y grandes aspiraciones en el mundo de los negocios para sacar el máximo partido a este lugar. De todas formas, el tiempo dirá qué acaba aportando el MBA a mi carrera y a mi vida”.

“Es una oportunidad increíble para aprender de los compañeros de clase y de los profesores para crecer personalmente. Es muy caro, así que hay que sacar el arranque necesario para obtener el máximo provecho”.

“Es una experiencia increíble y única. Jamás volveré a estar rodeado a diario de personas tan inteligentes, amables y diversas” Aprendo algo cada día, tanto dentro como fuera de clase”.

“Sin duda se lo recomendaría a un amigo. No es valioso únicamente desde el punto de vista profesional, también es uno de los periodos más gratificantes de mi vida. Hacer nuevos amigos como los que he hecho en la escuela de Harvard ha supuesto un cambio en mi vida”.

En el lado negativo:

“Hay personas que se vuelven completamente insensibles debido a la atmósfera que se respira y pierden el contacto con la realidad. Más retroalimentación ayudaría, especialmente para los estudiantes internacionales”.

“Deben trabajar para aumentar la inclusión y la capacidad para participar en todos los eventos (menos fiestas extravagantes y eventos). Deben proporcionar una mayor transparencia de cara a la carrera y su desarrollo profesional, recomendar oportunidades realistas y no caer en el tópico de que cualquiera puede hacer cualquier cosa”.

“Se me have muy difícil identificar lo que he aprendido hasta ahora. Puedo hacer cálculos si, pero fuera de eso, no he adquirido ninguna habilidad específica que no hubiera adquirido antes de entrar en la escuela. Seguro que la capacidad para hablar en público será muy importante de cara al futuro, y eso no es algo que se pueda cuantificar”.

“En la escuela de Harvard han de ser más innovadores. Es necesario que nadie tenga miedo a fallar en esto. Es sólo gestión de tiempo que aparezca un centro realmente innovador”.

“La escena social que se vive aquí puede que a veces nos aísle, y es algo en lo que la administración debería trabajar para mejorar”.

“Es como la escuela secundaria. Está lleno de personas falsas y arrogantes. Siento que la escuela me ha convertido en una persona que no reconozco y eso no me gusta”.

“No estoy seguro de que en la escuela se pueda cambiar esto, pero los valores de seguridad psicológica y de veracidad se han quedado en el camino desde el primer semestre que estuve aquí. La intensidad de la experiencia hace la vida un poco difícil a una persona introvertida como yo. La escuela ha sido una gran carga emocional y psicológica para mi. Esto ha hecho la experiencia particularmente desagradable para mí”.

“La escuela debe ser más global, pero no en términos de inclusión de más estudiantes internacionales. Sino de reducir el legado de las prácticas estadounidenses, las corporaciones de Estados Unidos, la forma estadounidense de hacer negocios, y entender que Estados Unidos es solo una parte del mundo. De hecho, como estudiante internacional, me parece que la gente de Estados Unidos es la más cualificada para estar aquí. Sin embargo, aunque el mundo de los negocios está cada vez más globalizado, no van a ser capaces de hacer negocios en otros lugares”.

“La escuela debe mejorar el nivel de empatía mostrada por los estudiantes. Esto no es una representación de la realidad y sus problemas. Tenemos que ser más conscientes y compasivos con los problemas del mundo en el que vivimos y usar nuestro privilegio para mejorarlo. Pensar fuera de la burbuja”.

Referencia: Poets&Quants

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Patricia García Álvarez

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