Hacia un futuro prometedor (parte II): etapa universitaria
Se iniciaba esta serie de artículos hablando de la ‘Etapa preuniversitaria’, en la que se explicaba la estrategia general para afrontar el cambio al mundo de la universidad desde el punto de vista de una persona de diecisiete o dieciocho años.
A continuación, se va a exponer lo relativo a la ‘Etapa 2: primeros años de universidad’. Aquí vamos a plantear una serie de estrategias que pueden ser útiles para cumplir nuestro objetivo, para maximizar cada segundo invertido y obtener los mejores resultados.
Etapa 2: primeros años de universidad:
Los primeros años de universidad corresponden, con los nuevos grados impuestos por el proceso Bolonia, a los dos primeros cursos de nuestra titulación. Por tanto, esta etapa se divide en dos subetapas:
Subetapa 1: primer año de carrera.
Llegar a la universidad es toda una experiencia, sobre todo cuando uno tiene la suerte de poder irse de casa. Sin embargo, a menudo esa experiencia se convierte en un desastre académico. El cambio de forma de estudiar es muy drástico y además, a muchos nos puede la fiesta y la libertad para desempeñar el muy aristocrático arte de no hacer absolutamente nada. ¿Cuál es la estrategia?
- Id a clase todo lo posible, os puede salvar la vida.
Adquirir el hábito de ir a clase es fundamental. Además, la impresión cuenta mucho, incluso en clases multitudinarias. Por otro lado, sé que hay clases que son insoportables, da igual, un profesor siempre se va a quedar con la cara de los alumnos habituales y aunque en la corrección no influya, si acudís al despacho a revisar, seguro que esas dos décimas que os pasan de un 4.8 a un aprobado o de un 8.8 a un sobresaliente, las podéis conseguir con razonable facilidad.
- Ante la duda, ir a revisar el examen:
Yendo a una revisión no tenéis nada que perder y mucho que ganar. Muchas veces los profesores se olvidan de sumar puntos o no terminan de entender vuestro razonamiento. Mostrar interés, nunca os perjudicará.
- No tener miedo a las asignaturas ‘coco’ y relativizar el consejo de nuestros mayores.
Todas las carreras tienen asignaturas que asustan y que además tienen un índice de aprobados bajísimo, un ejemplo típico son cálculo o álgebra en las ingenierías. Lo más importante es ir con respeto, pero no miedo, y – consejo completamente personal – relativizar los miedos transferidos por nuestros mayores. En muchos casos se puede saltar el bache sin gastarse el dinero en academias o profesores particulares, sólo con nuestro esfuerzo y tesón.
- Ser listo, es decir, saber priorizar.
Hay que saber priorizar. Por supuesto que hay que ir a por todas, pero en todas las carreras, existen asignaturas clave que determinan tu paso a segundo curso, o pueden hacerte perder o no un año académico. Sírvase mi ejemplo personal: cuando comencé mi carrera de arquitecto, la asignatura más difícil de primero, con mucha diferencia respecto a las demás, era Geometría Descriptiva y Dibujo Técnico. ¿Qué hice? Preferí sacar algo de menos nota en las asignaturas ‘marías’ y meterme a fondo en la ya mencionada. Con eso, organización y algo de suerte, el resultado fue excelente, aprobé todo en la primera convocatoria con unas notas razonablemente buenas y me pasé un verano fabuloso.
- Las notas sí importan
Siempre he sido de la opinión de que para una empresa es más atractivo alguien que ha aprobado todo en primera convocatoria con aprobados que alguien que ha utilizado varias oportunidades y ha sacado notables o sobresalientes. Dicho lo cual, las notas ¡sí importan, y mucho! Las empresas y los postgrados top las miran con lupa, así que es muy importante dejarse la piel si es que queremos pasar a la élite laboral y académica. Por cierto, tener una nota top no implica sacar únicamente matrículas de honor – si se hace, mejor – sino acabar en el número más alto de la promoción. ¡Hay carreras en que una media de siete a curso por año nos puede llevar a obtener el premio extraordinario de fin de carrera!
- Aprovechar el verano
La mayoría de la gente en España no habla idiomas extranjeros con corrección, el verano de primero es un momento idóneo para salir fuera y alcanzar ese nivel deseado. Muchas personas dicen, cuando acabe la carrera, me pasaré un año sabático y me iré a aprender el idioma. Mala estrategia, muchas empresas desechan a dichos candidatos directamente. Como actividades alternativas, propongo aprovechar para hacer un viaje de voluntariado o un Interrail, son experiencias dignas de poner en un currículum vitae.
Aprovechad este tiempo tan valioso, luego lo echaréis en falta.
Subetapa 2: segundo año de carrera.
Con un gran esfuerzo y algo de fortuna, habremos pasado a segundo año limpios y, ojalá, con unas buenas calificaciones. En primero ya hemos tenido bastante con tratar de ser los mejores y sobrepasar las tentaciones que se nos han planteado. Sin embargo, ahora estamos en segundo, y aquí podemos empezar a labrarnos el futuro más allá de lo meramente académico.
- Ya habréis empezado a ver qué rama de la carrera os gusta más, trabajad en su departamento.
Cuando estaba en segundo de bachiller, recuerdo como D. Luis Laborda, un magnífico profesor de matemáticas, nos sugirió “en cuanto os sea posible, meted el morro en un proyecto de investigación”. No tiene por qué quitaros demasiado tiempo y ganaréis en tres cosas: mejoraréis vuestra fama entre los profesores, aprenderéis más, y, finalmente, mejoraréis sustancialmente el CV.
- Haced deporte.
No quiero decir que tengáis que compaginar deporte semiprofesional con estudiar, pero hacer deporte es bueno por múltiples razones más que evidentes. Además, a las empresas les gusta la gente dinámica y de cara a vuestro futuro, os puede abrir muchas puertas para integraros en nuevos grupos y mejorar vuestras relaciones con compañeros de trabajo y clientes. En el mundo de la empresa se valoran, entre otros, el fútbol, el golf, el pádel y el squash. Valga como ejemplo una anécdota de un alto ejecutivo al que conozco, que firmó el mayor contrato de su vida en un partido de fútbol.
- Participad en actividades de voluntariado.
Segundo año acostumbra a ser un curso más relajado que primero porque hay que darles la oportunidad a los que se quedaron atrás en primero de recuperarse, y porque ya habréis cogido el cayo a eso de estudiar. Si podéis, aprovechad el tiempo libre haciendo actividades voluntariado, se valora muchísimo. Os propongo atención a familias afectadas por la crisis, cuidado de ancianos, etc.
- Implementad vuestras actividades de liderazgo.
Si no lo habéis hecho ya, os invito a que os metáis en la comisión de Delegados, o en cualquier otra que implique una dósis de gestión de grupos. Muchas veces no haréis nada, lo cual es bienvenido, pero os puede reportar muchas ventajas como por ejemplo, que los profesores os conozcan personalmente, y que podáis participar en proyectos universitarios interesantes, y por tanto aprender. Por cierto, ésto también se puede poner en el CV, y se valora especialmente. Como otras actividades de liderazgo, os propongo el ser capitanes de vuestros equipos de fútbol, baloncesto, etc.
- Comenzad a trabajar.
Esto es más voluntario y desde luego quizás la parte menos atractiva, pero mi experiencia me ha llevado a concluir que puede ser una parte muy interesante de vuestra trayectoria. A éste nivel, os recomendaría dos actividades, o impartir clases particulares a niños, a día presente, ya tendréis nivel más que de sobra, o trabajar en alguna tienda o comercio a tiempo parcial, por ejemplo, los fines de semana. Con ello demostraréis iniciativa y además, potenciaréis habilidades como la capacidad de abstracción y trato con el público. De nuevo, otro ejemplo, una conocida, durante su carrera, trabajó los sábados por la tarde en un comercio textil para sacarse algo de dinero. Resultado, su primer trabajo lo consiguió gracias a ésta experiencia. La empresa contratante la seleccionó por sus ‘demostradas habilidades comerciales y de trato con el cliente’.
En resumen, cada uno puede tener sus propias ideas y estrategias, pero los puntos expuestos son los que de manera genérica, implementaran nuestro rendimiento, la calidad de nuestro CV en el futuro, y valoran las empresas en nuestra búsqueda de empleo. Si conseguís cumplir estos objetivos, tendréis un perfil muy sólido para afrontar la ‘Etapa 3: últimos años de universidad’ con unas altas posibilidades de éxito.
No os perdáis todos los artículos de esta serie: Hacia un futuro prometedor.
*Imagen cedida por http://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_Carlos_III_de_Madrid
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