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Resolver un GMAT bajo puede ser doloroso, pero en comparación con un GPA (media académica) bajo es pan comido: Simplemente lo repites.

[Vale, eso no es exactamente fácil, pero es más fácil que volver al pasado y sacar mejores notas en la universidad, ¿no?]

Así que, ¿cómo podemos arreglar un GPA? Es algo que está ahí, hecho, para siempre.

Pero solo porque haya ocurrido, no significa que tenga que afectar a tus probabilidades de cursar un MBA. Existen formas de superar un GPA bajo, y por suerte para ti, vamos a hablar sobre ello ahora mismo.

Lo primero de todo, necesitas seguir una extrategia de separación – por una parte quieres explicar por qué tienes un GPA bajo (sin buscar excusas… pero ahora llegamos a eso) y por la otra necesitas demostrar que de hecho eres inteligente remarcando todo lo que lo respalde.

Empecemos pensando en posibles razones que puedas tener para un mal GPA:

• ¿Hiciste una doble titulación?
• ¿Trabajaste mientras estudiabas?
• ¿Cambiaste estudios a mitad?
• ¿Tuviste algún tipo de problema de salud o psicológico mientras estudiabas?
• ¿Eras un atleta?

Todo esto son ejemplos de buenas razones para un GPA bajo. Y si cuentas con alguna de ellas, solo tienes que exponerla en el ensayo opcional. ¡Pero ten cuidado! La linea entre tener una buena razón y una excusa es muy fina. Al contarlo tienes que conseguir hacerlo simple, conciso y sin excusas: “Trabajaba en una cafetería cuarenta horas a la semana para poder pagarme los estudios, y aunque ahora me doy cuenta que debería haberme organizado el tiempo mejor, me afectó a las notas”.

Listo.

Y ahora la segunda parte de la estrategia.

Una vez has expuesto las razones de tu bajo GPA, tienes que completarlo con pruebas que muestren que eres capaz de tener éxito un ámbito académico riguroso como es un programa MBA. ¿Cómo hacemos esto?

Lo más común que se utiliza para estos casos:

• Publicaciones
• Premios
• GMAT alto
• Superar otros tests profesionales con altos estándares (CFA, Bar, etc.)
• Buen GPA en el master

Básicamente, cualquier cosa que muestre que tienes buenas capacidades, y que convenza al comité de admisiones que tu GPA no es representativo de tu inteligencia.

En cuenta reciban los dos golpes a la vez, no volverán a pensar nunca en el GPA.