Los errores de la digitalización

El día 6 de mayo de 2010 Wall Street sufrió un Flash Crash, una quiebra del sistema financiero, que apenas duró unos minutos pero provocó una caída del índice bursátil Dow Jones del 9,16%, la mayor desde 1987. Las acciones de Accenture pasaron de 40 dólares a 1 centavo y las de Lear de 74$ a 0,0001$. Otros títulos afectados fueron Procter & Gamble y Philip Morris. Estas caídas provocaron un pánico en la bolsa que acabó con un cierre de pérdidas del 3,7%. Aunque no se encontró la causa detonante del hecho, varios valores se desplomaron de golpe y arrastraron a todo el mercado financiero del momento.
Los expertos declararon que la causa del quiebre fueron una serie de “operaciones potencialmente desastrosas” que ya se estaban anulando. Sin embargo la CNBC aseguró que fue el tecleo de una letra ”b” (billones) en vez de una “m” (millones) de las acciones de Procter lo que llevó a esta situación. Diversas fuentes desmintieron este dato y según Duncan Niederauer, consejero delegado de NYSE, la culpa fue del sistema actual de corretaje electrónico que, al realizar cálculos que se ejecutan en milisegundos, provocó este error.
Hay que aceptar que cosas así van a pasar en periodos de volatilidad exacerbada
El ordenador busca liquidez muy rápido y lo hace sin parar
El debate sobre la regulación
Este acontecimiento generó un debate sobre los sistemas de regulación de las máquinas que procesan las operaciones del mercado bursátil. El senador demócrata Ted Kaufman manifestó su preocupación por «el potencial de los ordenadores gigantes de alta capacidad para alterar el mercado y crear el caos» y la necesidad de controlarlos mediante acciones estatales.
Actualmente, la información global la gestionan ordenadores con sistemas programables. Los técnicos responsables crean bases de datos que funcionan mediante instrucciones expresas previas. Esta situación provoca que la ingente información desregularizada y sin certificar no se pueda gestionar correctamente, pues se encuentra en constante cambio, mientras que se emplean sistemas de selección fija y predeterminada. Esto, añadido a la precisión necesaria en los lenguajes matemáticos para el correcto cálculo de cuentas y actividades financieras, genera un debate sobre la necesidad de analizar la normativa vigente dirigida al control de estas prácticas.
El caso Paypal
En junio de 2013 Chris Reynolds, ciudadano de estadounidense de Pennsylvania, recibió por error un ingreso de 70.000 billones de euros en su cuenta de Paypal.
Esta compañía de comercio electrónico ingresó esta escandalosa cantidad en la cuenta del usuario debido a un error informático. Durante unos minutos Reynolds fue el titular oficial del dinero, hasta que la empresa rectificó la transacción y pudo retirárselo.
“Esto es obviamente un error y apreciamos que el señor Reynolds entendiera que este fue el caso”, declaró Paypal a la BBC.
En compensación, la compañía ofreció una donación en nombre de Reynolds a la obra benéfica que eligiera. De nuevo un sistema informático provocó una anomalía financiera que pudo acabar en desgracia.
El cambio de las empresas
La aparición de internet y el asentamiento de la telefonía móvil permitieron el acceso inmediato a la información desde casi cualquier espacio y tiempo. El mundo se ha convierto en una red globalizada donde los mensajes circulan libremente y donde existe una capacidad de almacenamiento de datos casi ilimitada. Las herramientas de trabajo permiten alcanzar objetivos nunca antes vistos, trabajar con cifras astronómicas, usar dinero virtual… Esto provoca una necesidad de renovación constante frente a los cambios de un mercado en permanente adaptación técnica y tecnológica.
Cada año las empresas aumentan de forma exponencial el uso de aplicaciones tecnológicas y medios digitales durante el desarrollo de su actividad laboral. Esta situación requiere un cambio en la mentalidad de trabajo y en la orientación de objetivos empresariales, que buscan adaptarse a los nuevos tiempos actualizando sus herramientas e instalaciones, renovando a sus trabajadores e incluso diversificando sus productos para tratar de amoldarse a las necesidades del mercado actual.
España y las BYOD
A pesar de la adaptación de la industria a los medios tecnológicos, el 55% de las empresas en nuestro país han perdido datos corporativos a través de dispositivos móviles, y sin embargo sólo la mitad toma medidas para prevenir estos incidentes. Aquí entra en juego el concepto BYOD, una política empresarial donde los trabajadores llevan sus propios dispositivos a su entorno laboral para tener acceso a recursos de la empresa tales como correos electrónicos, bases de datos y archivos en servidores, así como información y aplicaciones personales.
Muchos abogan por un sistema de regulación de las BYOD pues no existen límites claros en el uso de dispositivos personales en el ámbito profesional, que pueden provocar errores y pérdidas de información en sus actividades cotidianas. Esta situación se acentúa mas en las pymes que en las grandes empresas, sin embargo, ambas sufren esta precariedad que no sólo afecta a dispositivos móviles sino también a portátiles y ordenadores de empresa.
Los datos de futuro indican que de las empresas que no aplican medidas de control, sólo una de cada tres tiene previsto hacerlo en los próximos años.
El analfabetismo tecnológico
La tecnología es creada por el hombre con el fin de satisfacer una necesidad. Estos avances mejoran la calidad de vida y permiten nuevos enfoques con los que tratar los problemas diarios. Sin embargo existe una descompensación entre el ritmo de aprendizaje y entendimiento de estos nuevos dispositivos y la velocidad a la que aparecen
En la actualidad el término “analfabetismo tecnológico” está en boca de muchos. La incapacidad de ciertos individuos y sectores para utilizar los nuevos dispositivos tanto en la vida diaria como en el mundo laboral es un problema que lejos de encontrar solución se acentúa con el paso de los años.
Parte de la sociedad actual se encuentra abrumada con las nuevas herramientas digitales. La rapidez con la que aparecen dispositivos inéditos provoca preocupaciones por mantenerse en la línea de avance tecnológico actual pero sin contar casi con medios para entenderlos o aprovecharlos a su máximo rendimiento.
Apuesta para el futuro
Los errores cometidos por las máquinas no dejan de ser un reflejo del error humano. La falta de educación y regularización en la materia tecnológica pueden provocar consecuencias catastróficas en el sistema establecido. Lejos de apostar por una reducción de los avances se debe concienciar de las responsabilidades que conlleva el uso de los mismos así como de sus limitaciones. Un aumento de la educación tecnológica combinada con controles realizados por expertos de los sistemas informáticos pueden dar resultados más que satisfactorios para estos problemas. No se debe olvidar que existen procesos y acciones que la inteligencia artificial es incapaz de resolver, por lo que es sensato buscar un equilibrio entre la acción humana y la artificial.
fuentes: tecnologiapyme.com, economia.elpais.com, www.europapress.es, robertexto.com
There are no comments at the moment, do you want to add one?
Write a comment