Número de palabras vs Contenido

No sabemos a ciencia cierta quién decidió que los futuros y futuras hombres y mujeres de negocios del mundo tienen que escribir aproximadamente 2000 palabras para entrar en una escuela de negocios. Después de todo, ¿cuándo fue la última vez que viste a un CEO importante escribiendo ensayos? O directamente… ¿escribiendo?
Pero así son las cosas y si quieres estudiar en una escuela de negocios, vas a tener que escribir esos malditos ensayos. Y vas a tener que hacerlo… en un hueco muy pequeño, con una restricción en el número de palabras. De ahí viene la pregunta recurrente, “¿Cómo le cuentas al comité de admisiones todo lo que necesitas contarle cuando el espacio es tan limitado?”
Y una vez que empiezas a escribir, la pregunta se convierte en “¿Debería profundizar en solo un ejemplo en este ensayo, o contar varias historias para mostrar mi amplio abanico de experiencias?”
Y al final se acaba reduciendo en, “¿Cómo equilibro número de palabras y contenido en mi ensayo?”
Es una gran pregunta, y también uno de los retos más duros que encontrarás durante la solicitud MBA. Así que hablemos sobre ello.
No hay una regla general aparte de esta: Cada uno de los párrafos, cada frase, cada palabra en el ensayo tiene que serte útil. Cualquier material haciendo algo distinto a eso es grasa que sobra, y que debes quitar de los ensayos a la velocidad de la luz.
Piensa en el número de palabras de tu ensayo exactamente igual que si fuese tu cuenta bancaria. Tienes una cantidad disponible para gastar, así que no vas a ir derrochando en un par de esquís cuando necesitas leche y huevos. Economiza tus palabras inteligentemente. Si lo piensas, cómo escribas el ensayo refleja tu capacidad en los negocios. Si eres listo, puedes maximizar tu producto (escribir un ensayo perfecto) utilizando pocos recursos (siendo lo más preciso que puedas).
En general, dará muchos más resultados escribir una sola historia/situación/ejemplo y utilizar el espacio inteligentemente para realmente mostrarle al comité de admisiones lo que quieres decir, que hacer una explicación superficial de una variedad de ejemplos. Esta es tu oportunidad de invitar al comité a experimentar quién eres y qué es lo que has hecho. Por eso debes explayarte y mostrarles algo, más que contarles un montón de cosas que parezcan pegadas con cola. El peligro de darle mucho brillo a una experiencia es que puedes pecar de vagancia si repites lo mismo en el CV. Aburrido. Desde luego eso no sería gastar la cuenta del banco de palabras inteligentemente.
Ser consciente de tu economía de palabras no significa que tengas que quitar nada personal o descriptivo y simplemente atenerte a hechos puros y duros. Justamente lo contrario. Eliges gastar palabras en descripciones y reflexiones personales porque añaden riqueza y calidad al ensayo. ¿Preferirías gastar tu dinero en dos porciones de pizza simples y pastosas, o en una porción con tus ingredientes favoritos, queso fresco, borde crujiente… básicamente una obra de arte que llevarte a la boca? Pues eso es lo que estamos buscando aquí. (Además, tengo hambre.)
Más allá de esto, tienes que ver qué funciona en cada caso. A veces dar dos ejemplos es la decisión correcta si se complementan el uno al otro, pero debes preguntarte “¿Es esto necesario?” “Si esto no estuviese en mi ensayo, ¿entenderían el concepto igual?” Son buenas preguntas a tener en cuenta mientras escribes.
Pero realmente no vemos ningún término medio entre un ensayo convincente y el número de palabras, ya que respecto a las palabras no tenemos elección. La escuela lo determina así y nosotros aceptamos… con un ensayo convincente. Tienes que mostrarles que puedes trabajar con la economía de palabras que ellos establecen.
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