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Efectivamente, la economía ha sido impredecible durante los últimos tiempos. También se oye decir a la gente que un título universitario ya no vale lo mismo que antes. Y quizás te estás planteando si realmente merece la pena un MBA.

La respuesta a esa duda es clara. Si. Desde luego. Y si todavía no estás convencido, aquí te dejamos tres buenas razones por las que deberías ir a una escuela de negocios.

Contactos. “El argumento a largo plazo”

Conoce gente sorprendente que te ayudarán de formas que ahora mismo ni siquiera te puedes imaginar. Personas en todo tipo de negocios que probablemente te serán útiles el día de mañana en tu propio negocio. Por ejemplo, una vez un amigo me pidió ayuda para levantar financiación para una película que estaba haciendo. “¿Por qué no?”, pensé. Es decir, nadie de HBS es realmente importante en la industria del cine, estamos en Boston, no tenemos clases orientadas al mundo del espectáculo, etc. Pocos segundos después de búsqueda online, me encontré con que muchísimos CEOs de grandes empresas habían sido alumnos de Harvard Business School. HBO, MGM Goldwyn, AMC. Menos de un día buscando en la base de datos de HBS, estaba al teléfono con el CEO de AMC Theaters. La locura de los contactos.

¿Cuándo volverás a estar rodeado de gente tan increíble en una sola habitación? Aprende de ellos. No solo en términos de “Conozco ejecutivos en cada una de las grandes empresas americanas”, sino también en términos de beneficiarte de las experiencias (las compartan dentro o fuera de clase) de tus compañeros. Sobre todo si vienen de un campo distinto al tuyo. Al fin y al cabo, de lo tuyo ya sabes. Aprovéchate de sus conocimientos en otras áreas.

No hablamos mucho sobre amistad en esto de las solicitudes a escuelas de negocio, ¿verdad? Bueno, pues deberíamos. Si te rodeas de gente como tú (sueños, objetivos, habilidades similares) es muy posible que crees amistades que te duren para toda la vida. Piénsalo, tienes dos opciones: quedarte en tu trabajo y tu entorno actual, o conocer 900 nuevas personas, a las que les mueve lo mismo que a ti. Aquí podrás desarrollar tu red de contactos personal, que en realidad significa simplemente “sal ahí fuera y haz nuevos amigos”, y las escuelas de negocio son un buen lugar para eso.

Consigue un buen trabajo nada más graduarte. “El argumento a corto plazo”

En este punto, por supuesto, todo depende, pero si lo que te interesan son ciertas compañías (McKinsey, Goldman Sachs, por ejemplo), solo te contratarán (o al menos ascenderán pasado un determinado punto) si tienes un MBA.

Si quieres cambiar de carrera, un buen MBA puede ser como Obi-Wan Kenobi… tu única esperanza. Imagina que trabajas para recursos humanos en un banco de inversión, y te llega un CV de alguien que viene del sector non-profit. “¿Tiene esta persona experiencia relevante? ¿No? Siguiente.” Ahora supón el mismo perfil, pero con un MBA, especialización en finanzas corporativas, quizá siendo líder del club de finanzas corporativas, e incluso con un summer internship en banca… Otro gallo cantaría. Pero solo con el internship, y solo con el MBA. Cambios de carrera son siempre difíciles, pero un MBA, utilizado correctamente, puede hacerlo posible nada más salir de la escuela.

El servicio de carreras de tu programa MBA te introducirá a compañías que no sabías ni que existían. Todas las empresas vienen buscando talento joven (y relativamente barato) MBA. Simplemente mirando entre las listas de empresas que reclutan en la escuela te verás expuesto a campos enteros completamente nuevos, a los que no habrías prestado atención de otra manera. Es una buena oportunidad para refrescar tus habilidades en entrevista, y por supuesto, encontrarte en una nueva e inesperada área.

La vida es una aventura

Vete a estudiar a otro país. ¿Cuándo vas a poder hacer algo así? Aprovecha y pasa dos años en Boston, Chicago, California o Nueva York. O disfruta del buen tiempo de Barcelona durante un año. Es una oportunidad para experimentar una nueva ciudad, un nuevo estilo de vida, e incluso puede que un nuevo futuro. Una oportunidad de las que solo aparecen una vez en la vida. Conocerás gente de distintos países, culturas e industrias, que te ayudarán a conocerte mejor. Y el mejor hombre de negocios es el que mejor se conoce a si mismo.

Tómate dos años libres. No es muy común estar dos años sin trabajar, y al volver, mágicamente… conseguir un aumento de sueldo. Podrás viajar a países lejanos, obtener nuevas ideas de gente apasionante (no solo en la escuela, sino en cualquier lugar, en el mundo), y… ver qué pasa. Es el momento de darle algo de movimiento a tu vida. La vida es una aventura, y hay tantas cosas por hacer ahí fuera… quién sabe dónde estarás dentro de dos años.

Quizás lo más valioso que te llevarás de este viaje en busca de tu “yo” interior, sea tu recién forjado, instantáneamente fiable pedigrí. En cinco años, incluso diez, no sabes dónde te habrá llevado tu aventura, pero una cosa es segura… tener este título en el bolsillo funcionará siempre a tu favor. No importa qué quieras hacer, ya sea trabajar como médico, abogado, banquero, consultor… Al final todo es un negocio, y los líderes en estos campos siempre respetarán y valorarán la opinión de un contrastado empresario. Después de todo, negocio bien se puede traducir por “liderazgo”. Por lo que con un MBA, puedes ser valorado, incluso como líder, en cualquier campo. Descubrirás la potencia como arma de esta credibilidad a medida que expandes tus horizontes y viajas por esta aventura llamada vida.