Las escuelas de negocio se ponen serias con la escritura
Todo el mundo sabe que los estudiantes de MBA poseen, en principio, perfiles redondos y excelsos en casi todos los ámbitos. Sin embargo, parece darse el caso de que la exigencia es mayor con los números, la faceta “quant” que llamarían algunos, que con la escritura. Es un hecho detectado por las escuelas de negocio que existe una carencia en tal habilidad y sólo unas pocas de ellas trabajan para mejorar esto.
“Ambas, comunicación oral y escrita, se consideran igual de importantes hoy como hace 30 años”, señala Angela Lee, directora ejecutiva de la integración académica en Columbia Business School y MBA por la misma escuela en 2007. “Dado que el número de reuniones tiende a reducirse, podemos argumentar que la comunicación escrita se ha vuelto incluso más relevante”.
Sólo un puñado de escuelas se aseguran de que sus graduados escriban como deben. Podría pensarse que es un problema más recurrente a medida que una escuela se encuentra más lejos de los puestos altos de los rankings, sin embargo, el hecho de que señalen tal problema desde Columbia resta fuerza a tal enfoque.
Detectado el problema, algunas escuelas como la Owen Graduate School, han lanzado un programa para atajarlo y ayudar desde el primer año a sus estudiantes a mejorar su capacidad de escritura. Mientras que un curso de “management communications” se centra en habilidades de presentación y desarrollar un perfil ejecutivo, esta iniciativa lo hace en la habilidad para escribir. Los participantes realizan una prueba de nivel y tienen encuentros individualizados con un “entrenador” que les ayuda a elegir los talleres formativos que son más apropiados para sus necesidades. Se invita a los alumnos a participar en un mínimo de cinco talleres, no constituyen parte de los créditos y están abiertos a todo el que quiera asesoramiento personalizado.
Otra medida es incluir a los entrenadores en las asignaturas propias de los cursos.
Columbia por su parte ofreció por primera vez la pasada primavera un curso llamado “La voz del líder”, sobre comunicar para liderar. Ayuda a que los estudiantes entiendan a su audiencia antes de elaborar el discurso, someten a prueba sus habilidades escritas y de habla en público y tratan de solucionar problemas relativos a la capacidad comunicativa. También se enseña a comunicarse apropiadamente en las nuevas plataformas digitales.
Un graduado MBA necesita de una fuerte capacidad tanto para el discurso escrito como para la oratoria, tiene que vender productos, servicios e ideas en un mercado complejo y competitivo donde cada detalle cuenta. En el caso de foráneos procedentes de otros países con distinta lengua se suma la barrera de alcanzar cierta calidad en un idioma ajeno.
El asunto no deja de ser sorprendente. La pregunta es si quizá no deberían trabajarse más estas habilidades en etapas más tempranas de la formación y desarrollo del individuo.
Fuente: Businessweek
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