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Cuando se toma la decisión de realizar un MBA es recomendable analizar y sopesar cada detalle para tratar de acertar en la elección de escuela. Visitar los campus supone realizar un esfuerzo económico y también alguna gestión para conseguir unos días de vacaciones en periodos poco habituales para ello, pero se podría decir que merecen la pena. ¿O acaso compraríamos una casa sin haberla visto antes? Con el coste total medio de un MBA siguiendo su escalada ya hasta los 300.000$ en las escuelas de élite, no carece de sentido hacer un esfuerzo por conocer los programas y las escuelas más allá de los rankings.

Durante una visita, se puede observar en persona el día a día de la escuela y obtener in situ impresiones de las clases, lo que permite formarse una mejor idea de si se encaja en esa comunidad. Algunos departamentos de admisión, como los de Harvard y Stanford, se apresuran a asegurar que estas visitas no influyen en los procesos de selección. Otras escuelas, en cambio, sí que toman nota de quién realiza este esfuerzo ya que refleja un fuerte interés del visitante por esa escuela en particular.

Un punto clave a tener en cuenta si se decide realizar una de estas visitas es el «cuándo». La primavera es un momento ideal para planificarla pues no tiene mucho sentido, aunque pueda ser más fácil por diversos motivos, presentarse en los campus en verano fuera de periodo lectivo, dado que una de las características principales que se quiere contrastar es la interacción entre profesores y alumnos. Si realizamos una de estas visitas, debemos empaparnos de hasta el último detalle y comprobar todos los recursos de la escuela; puede que en un futuro cercano estén a nuestra disposición.

A través de las oficinas de admisión se puede programar la típica visita incluyendo una sesión informativa, la opción de atender a clases, recorrido por las instalaciones y la oportunidad de hablar con un estudiante durante un café o una comida. El problema surge cuando, tras atender a varias en distintas escuelas, todas pueden parecer iguales. A este respecto Shawn P. O’Connor (Fundador y CEO de Status Prep) recomienda que la mejor manera de aprender sobre un programa es hablar con varios alumnos actuales no ligados a las oficinas de admisión y con una opinión más independiente, quienes nos contarán sus vivencias, nos aportarán distintos puntos de vista y así podremos llevarnos la impresión más fidedigna posible del programa, la escuela y su funcionamiento en general.

Shawn ha elaborado una lista de preguntas recomendadas que os presentamos a continuación:

1. ¿Qué cambiarías de la escuela?

Preguntar a un alumno no relacionado con la oficina de admisiones puede ser la mejor oportunidad para escuchar una respuesta sincera y honesta sobre los posibles puntos flacos de la escuela. A veces podremos recibir respuestas como “colas más cortas en la cafetería” o “más sofás en el salón” y tendremos que presionar un poco para llegar algo interesante.

2. ¿Con qué frecuencia tratas con los profesores fuera de clase?

La implicación de los profesores en la enseñanza es fundamental en un programa de este tipo, por lo que debemos recabar toda la información posible. Puede ser interesante quedarse con algún nombre particular de un(a) profesor(a) muy implicado para luego averiguar un poco más sobre él/ella.

3. ¿Qué otras escuelas consideraste? ¿Por qué elegiste ésta? ¿Volverías a tomar la misma decisión?

De forma sutil podemos calibrar la satisfacción de los estudiantes con sus programas y qué otros programas consideraron y les parecieron también alineados con sus intereses.

4. ¿Qué papel juegan los servicios de la escuela realmente en el proceso de búsqueda de empleo?

Esta es una forma de pulsar una opinión sobre la efectividad de estos servicios en la escuela en cuestión, que debería ser uno de los factores más a tener en cuenta. Aunque puedas encontrar que la escuela organiza ferias y publica continuamente información en su web, sólo un estudiante puede contarte cómo de valioso y proactivo es el personal del servicio.

5. ¿Cómo describirías el ambiente social de la escuela?

En una escuela de negocios es tan importante desarrollar una fuerte red de contactos como aquello que se enseña en clase. Necesitas estar seguro de que encajas y que, por tanto, te permitirá construir con facilidad esas relaciones personales.

6. ¿En qué actividades estás involucrado fuera de clase?

Lo mejor sería entrar en contacto durante la visita y conversar con aquellos alumnos que estén implicados en actividades que te interesen. Te ayudará a figurarte una mejor visión e impresión de la vida fuera de las clases y de la importancia de las actividades extracurriculares en el campus, a la vez que descubrir qué actividades son más populares para la comunidad. Querrás estar seguro de encontrar oferta conforme a tus propios intereses.

7. ¿Qué dificultad hay en conseguir las optativas deseadas, especialmente el segundo año?

El catálogo de la escuela te dirá que tipos de asignaturas se ofertan, pero si el número de plazas es muy limitado (o por contra no se organiza si no hay un número mínimo de matriculados/inscritos) y no puedes entrar en esa clase no te sirve de nada que existan. El esfuerzo de la escuela porque se lleven a cabo es un buen indicador de lo centrada y enfocada en el alumno que está la escuela.

8. ¿Has forjado buenas relaciones con miembros alumni durante tu tiempo aquí?

Te ayudará a medir la fuerza de la comunidad alumni de la escuela y cual es la relación de sus miembros con los alumnos actuales. Una base alumni activa y con dedicación puede ser clave en el proceso de encontrar ese trabajo ideal que persigues en un, todavía, complicado mercado laboral.

9. ¿Qué recursos ofrece la escuela a los alumnos para que emprendan?

Aunque especialmente importante para los alumnos interesados en emprender, es una cuestión crítica en todos los aspectos, ya que habla del ambiente en el campus y la fé y compromiso de la escuela con sus estudiantes.

10. ¿Sabes donde estarás trabajando el próximo año?

Estate atengo no sólo a la compañía y posición específica, sino también a cualquier signo sobre lo retador que ha resultado el proceso y qué compañías reclutan en la escuela. Necesitas averiguar si es una escuela bien considerada por las compañías donde esperas trabajar.

Como ya sabemos y alguna pregunta nos hace ver, una parte fundamental de la experiencia en una escuela de negocios es la vida social, que ayuda a forjar esa red de contactos antes mencionada en la que confiar y a la que poder recurrir tras la graduación. Al hacer la visita hay que tratar de mezclarse, sumergirse en el ambiente, relacionarse con aquellos con los que se comparta intereses y averiguar donde se relajan los alumnos y disfrutan de su tiempo libre. A veces se aprende más sobre la idoneidad de una escuela a través de estos tipos de encuentros que mediante los tours oficiales.

El planificar la visita antes de aplicar, tras haber sido invitado a una entrevista, o después de haber recibido una oferta de admisión es algo muy personal. Sea cual sea la que se elija, averiguar lo mejor posible cómo un programa encaja con nuestras necesidades y expectativas es un paso crucial en el proceso para  cursar un MBA y, para ello, una visita puede hacer la diferencia.

Fuentes: USNews,  Poets&Quants

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