Entrevista a Miguel Ángel Ruiz Ortiz, Secretario General de Cánovas Fundación
“Si no eres el líder de tu propia vida, difícilmente podrás liderar a otros”.
Miguel Ángel Ruiz Ortiz (Málaga, 1983) es Licenciado en Historia por la Universidad de Málaga y Máster en Religiones y Sociedades por la Universidad Pablo de Olavide. Aunque en 2008, se convirtió en el Diputado más joven del Parlamento de Andalucía, siempre quiso compaginar su escaño con su trabajo como profesor de Secundaria y Bachillerato en el Colegio San Estanislao de Kostka. Además, coordina el Máster en Liderazgo y Comunicación de la Universidad de Málaga, que nació a iniciativa suya. En 2012, tras abandonar la política activa, fue uno de los creadores de Cánovas Fundación, de la que es Secretario General.
¿Qué hace un historiador de las religiones metido en política, dando clase en un colegio, coordinando un Máster y dirigiendo una Fundación?
Bueno, es verdad que ante todo soy historiador y profesor. Y ya no estoy en política, esa etapa ya está cerrada. Para mí es fundamental tener una buena formación en lo tuyo y una profesión que te llene, para poder aportar algo a la política. Es fundamental que nuestros políticos, antes de ocupar un cargo, hayan recibido una buena formación y cotizado a la Seguridad Social. Y que tengan a dónde volver. Lo del Máster en Liderazgo y Comunicación era precisamente una idea para poner en práctica como plan de formación de líderes en las juventudes de los partidos. Pero no lo quisieron y lo llevé a la Universidad, donde lo acogieron encantados. La Fundación, por su parte, nace como una plataforma para poner en marcha nuevos proyectos e iniciativas fuera de la política.
Su paso por la política ha sido un poco atípico: renunció a su sueldo de Diputado para trabajar a media jornada como profesor. ¿Por qué?
Porque me gusta dedicarme a lo que más me llena. Y tengo dos grandes vocaciones: la política y la docencia. Poder compaginarlas ha sido todo un lujo. Y lo económico es lo de menos. La compensación es de otro tipo. Sentirte realizado personal y profesionalmente no está pagado.
Desde su doble experiencia política y docente, ¿cómo ve la educación?
Pues bastante mal. Tenemos un sistema educativo que no fomenta la cultura del mérito y del esfuerzo, que es precisamente lo que necesita una sociedad que quiera avanzar. Hoy en día, al haberse generalizado la educación universitaria, es necesario hacer algo más para ser competitivo, como por ejemplo un máster. Pero no todos los másteres son iguales.
Existe una gran brecha entre la Universidad y el mercado laboral. La formación es demasiado teórica y no te prepara para una profesión. En este sentido, la idea de Bolonia era buena: cuatro años de grado como formación teórica y un año o dos de máster para especializarte y prepararte para el mundo laboral. Pero, como siempre, la aplicación que se ha hecho es nefasta: el máster universitario se ha convertido en un año más de la carrera, en el que acaban dándote clase los mismos profesores y que encima te cuesta más caro.
Ese máster deberían impartirlo profesionales del mundo de la empresa, acercando verdaderas experiencias de liderazgo y consejos prácticos a los jóvenes que van a incorporarse al mercado laboral. Debería focalizarse en adquirir las competencias, aptitudes y herramientas para liderar equipos y comunicar mejor. Debería estar orientado a convertir los potenciales líderes, en líderes empresariales: ya que si no eres líder en tu propia vida, difícilmente podrás liderar la de otros.
¿Qué le llevó fundar y dirigir Cánovas Fundación?
Bueno, el proyecto no es sólo mío, somos un grupo amplio de personas que compartimos las mismas inquietudes y nuestro presidente es Joaquín Ramírez. Por mi parte, al dejar la política, tenía ganas de seguir haciendo cosas por la sociedad. Echaba de menos una plataforma que, desde la sociedad civil, fuese capaz de canalizar nuevos proyectos e iniciativas. Hay mucha gente por ahí con energía y buenas ideas, pero faltan canales de participación. Cánovas Fundación nace para eso y mucho más, teniendo como principios la libertad y la democracia, y como objetivos la generación de ideas y la formación de líderes.
¿Por qué una Fundación?
Pues porque no podía ser de otra manera. Cuando creamos la Escuela de Liderazgo y Comunicación, con el Máster en la Universidad de Málaga y cursos en otras universidades, como ICADE, en Madrid, pensamos en constituirla como empresa. Pero finalmente decidimos que tenía que ser a través de una Fundación, sin ánimo de lucro, para que pudiera albergar otras iniciativas y para que los beneficios revirtiesen de nuevo en la formación.
¿Cómo apoya Cánovas Fundación la mejora de la educación?
En primer lugar, a través de la Escuela de Liderazgo y Comunicación, como medio fundamental para la formación de líderes en todos los ámbitos: político, social y empresarial. Y también apoyamos otras iniciativas como el debate universitario. Tenemos una Escuela de Debate y organizamos torneos para universitarios y también para alumnos de Bachillerato. Como detalle, decir que a los ganadores del último torneo los hemos premiado con una beca para uno de los programas de formación en liderazgo y comunicación de los que dispone la Fundación . Creo que la mejor apuesta por los jóvenes valores es invertir en su formación. Y en este caso, les pagamos una formación de calidad. Todos los beneficios de la Fundación revierten en iniciativas de este tipo, además de otras de carácter solidario. Y, aunque somos una Fundación muy joven, con apenas nueve meses de vida, ya estamos ofreciendo cursos en varias universidades españolas, y la idea es seguir creciendo y apostando por la formación de calidad. Por eso, en un futuro no muy lejano, también queremos que Cánovas Fundación y su Escuela de Liderazgo y Comunicación puedan colaborar con algún programa MBA de alto nivel.
Más información en: Cánovas Fundación y en Escuela Liderazgo y Comunicación
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