club-mba.com

Los datos de los “Employment Reports” de las principales escuelas de negocios del mundo para la clase de 2011 son aplastantes. Wharton indica que solo el 1,7% de su clase tiene un empleo relacionado con “Public interest”, MIT 2,5%, HBS 1%, Tuck 1%, Kellogg 1%, Chicago Booth 0%, Stanford 0%,  (…), nada que ver con las proporciones de alumnos que acaban aceptando una oferta de Finanzas o Consultoría.

Cualquiera podría pensar que estas estadísticas se dan porque el “Public Sector” tiene unos salarios de salida mucho menos competitivos que otros sectores. Pero no es así, al menos no tanto como pensamos. Para MIT, por ejemplo, se declaran salarios de salida entorno a los 105.000$. En Kellogg, 90.000$, en HBS, 70.000$. Tampoco están tan alejados de las medias para otros sectores.

¿Entonces? ¿Es que el reto intelectual de “acabar en política” no es tan emocionante como entrar en un banco de inversión? ¿Es que los candidatos de un MBA no están “socialmente implicados”?

No. Probablemente sea porque los políticos no tienen ningún tipo de incentivo (ni obligación) para realizar un MBA. La casta política está asentada en sus puestos y no sienten la necesidad de formarse para aprender a gestionar mejor. Y mucho menos sabiendo que si se van durante dos años a estudiar un MBA, probablemente, cuando vuelvan, ya no tengan su sillón esperándoles.

Últimamente hemos escuchado varias noticias interesantes en el panorama político español…

• Esperanza Aguirre, presidenta del partido que gobierna en Madrid y recientemente fichada por Seelinger y Conde, una compañía de recruiting indicaba que, antes de permitir a un político recoger su acta de diputado o parlamentario, éste debe haber hecho “algo” más que pertenecer a un partido político.
• Ana Botella, fue incluso un poco más lejos y atacó a sus propias filas, declarando que habría que eliminar a la asociación política juvenil de su partido, ya que “los jóvenes, a su edad, debían estar trabajando, estudiando o formándose”, labrándose un futuro para antes y después de su paso por la vida pública, y así  convertirse en jóvenes independientes de la política.

Este revuelo viene porque la opinión generalizada es que los políticos no son los profesionales mejor formados para dirigir un país. En múltiples encuestas los ciudadanos han declarado su malestar con la “profesionalización” de la política: los políticos se perciben como ciudadanos que viven a costa de los demás porque, en su gran mayoría, no tienen experiencia previa en la empresa ni ningún otro logro demostrable. ¡Muchos de ellos ni siquiera han acabado la carrera universitaria (caso de muchos jóvenes que empieza en las asociaciones juveniles del partido y acaban promocionados a ministros…)!

Un MBA es un curso acelerado (y profundo) de gestión empresarial. Se aprende a analizar situaciones de negocio, a gestionar equipos, se aprenden finanzas y contabilidad… Además, para entrar en un MBA, tienes que demostrar liderazgo y excelencia. ¿No es un programa perfecto para alguien que tiene que dirigir un país manejando presupuestos enormes? El espíritu emprendedor y “vivero de ideas” existente entorno al MBA, ¿no es perfecto para obtener ideas para modernizar la vida política? ¿No es perfecto para aportar soluciones innovadoras a problemas actuales de la sociedad global? Sí, sí y sí.

Sin duda, si todos los políticos tuvieran los perfiles de los candidatos MBA de las mejores escuelas de negocios del mundo, tendríamos un parlamento bastante más dinámico, más enfocado a la empresa y al crecimiento, más creativo e innovador, más eficiente con los recursos, con mayor visión estratégica y global… en definitiva, un parlamento mejor.

¿Entonces? ¿Por qué los políticos no hacen MBA?

Seguir a @club_mba
Seguir a @psegoviasmith