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El salario promedio de un trabajador en Calabria o Sicilia está en torno a la mitad de lo que ganan sus familiares en Lombardía o el Tirol. La mayor parte de esa diferencia se puede atribuir a la corrupción y delincuencia causada por la mafia en el sur de Italia. Aunque suene insólito, la mafia siciliana sigue existiendo y uno de los motivos es el buen trabajo que ha hecho a la hora de atar su existencia con el de las comunidades locales. Una de las estrategias ampliamente utilizadas es la de operar diversos negocios con un nivel de empleados bastante superior al que el negocio necesitaría en condiciones normales. Claro está, el negocio sigue adelante gracias al flujo de ingresos ilegales que conlleva ser parte de la familia. De hecho, esta estrategia dificulta en gran medida la colaboración de los ciudadanos ya que la mayoría perderían su trabajo si el negocio cerrase una vez confiscado por el estado.

Mapa de Calabria y Sicilia

Hasta la fecha, más de 1,600 negocios les han sido confiscados a la mafia. Sin embargo, la ley concursal en Italia no tiene nada que envidiar a la existente en España, hecho por el cual la liquidación y venta de los activos del negocio puede alargarse durante toda una década. No obstante, el mayor problema surge a la hora de elegir un administrador concursal que tome las riendas del negocio. Entre las amenazas por parte de la mafia y la impasividad de los empleados, la mayoría de los negocios entran en liquidación sin posibilidad de ser adquiridos por un competidor que pueda reflotarlos en el corto plazo y evitar la pérdida de empleo.

Existen casos, aunque pocos, en los que el nuevo administrador ha conseguido darle la vuelta al negocio, evitando así el descontento local. Estos escasos casos de éxito es lo que ha llevado a un grupo de escuelas de negocio italianas (Fondazione Istud, SDA Bocconi, y Luiss) a ofrecer cursos de gestión de compañías confiscadas por el Estado pero que originalmente pertenecieron a la mafia. El propósito de los cursos es formar a un grupo de gestores con experiencia previa en el arte de la reestructuración, evitando así la liquidación y la pérdida de empleo. Como es lógico, gran parte del curso se centra en entender la contabilidad asociada a las cuentas de la mafia, lo que permite a los alumnos entender como se cocinaban los libros. De hecho, el curso implica la visita a varios negocios que previamente pertenecieron a la mafia para mejorar así el aprendizaje mediante el análisis de casos reales.

Aunque sin duda la propuesta de las escuelas es algo peculiar, el verdadero trasfondo del currículo del curso es la mejora de la competitividad de la zona sur de Italia. Además, si cada vez son más los casos en los que la pérdida de empleo es mínima y la economía local se beneficia de la erradicación de la mafia, cada vez será también más normal la colaboración de los sicilianos con el estado.

Para más info: The Economist

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