Algunas cifras representativas de la iniciativa emprendedora en España
Recientemente se han publicado dos informes relativos a la situación de la iniciativa emprendedora en España: uno de ellos expone cifras muy interesantes sobre la densidad de emprendedores en el país y en sus distintas comunidades; el segundo define un perfil típico del emprendedor en base a una muestra con más de 1.600 proyectos.
Según el primer informe, desarrollado por Axesor, España tiene un ratio de 14,05 emprendedores por cada 10.000 habitantes. Las tres provincias con mejor ponderación son Madrid, Málaga y Barcelona, con valores de 21,3, 19,6 y 17,8, respectivamente. Obviamente, un incremento en dicho ratio supone una mejora para la economía del país, dado que la locomotora económica del sistema son las empresas: crean empleo, dinamizan las áreas donde se instalan y favorecen la creación de nuevas empresas auxiliares, además de que pagan impuestos que apoyan la buena gestión de los numerosos servicios públicos de los que disponemos.
Por desgracia, el informe resalta la crudeza del momento que vivimos: se siguen superando récords en cuanto a número de concursos de acreedores, siendo el sector de la construcción el más afectado, debido a la disminución de volumen de negocio con la consecuente necesidad de transferir recursos a otro sector de la economía.
Por otro lado, el estudio de la Fundación José Manual Entrecanales (FJME) concluye que el perfil medio/típico del español que se lanza a la aventura emprendedora sería un varón, joven (alrededor de 38 años) y con estudios universitarios. La muestra utilizada para llegar a esta conclusión es un pool de más de 1.600 proyectos recibidos por la fundación durante sus tres años de actividad, contando con iniciativas en muy diversos campos y sectores: biotecnología, domótica, transporte y agua, etc. Las conclusiones en cuanto a edad y sexo coinciden mayoritariamente con las del informe GEM España.
Según el informe, se aprecia un incremento en el número de mujeres que crean empresas, así como en el número de jóvenes y personas mayores de 50 años. Este aspecto nos ha resultado especialmente relevante, puesto que muestra un mayor grado de diversidad en el tipo de persona dispuesta a comenzar una empresa propia, lo que favorece un mayor dinamismo al país en cuanto a creación de empresas, así como un marco más amplio de sectores objetivo.
Por ejemplo, todos apreciamos el importante incremento que ha habido en el número de franquicias relacionadas con la belleza y el cuidado femenino (Nails for us, Nomasvello, etc.), muchas de ellas lanzadas, gestionadas y dirigidas a mujeres. También destacan los servicios de consultoría desarrollados por personas que son prejubiladas alrededor de los 55 años y que prosiguen su labor profesional de forma más autónoma y haciendo uso de su dilatada experiencia en determinados sectores.
Por último, el informe GEM España concluye que existe una relación directa entre la formación académica y la tasa de actividad emprendedora (TAE). Es por ello que los flujos de emigración de titulados superiores a otros países, con visos de estancias de larga duración o incluso permanentes, suponen una noticia profundamente negativa para el país a medio y largo plazo.
Fuentes:
* Europa Press y El Economista
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