Encontrando modelos de inspiración para ir hacia una economía de innovación
En España, poco a poco, parece que va calando el mensaje de que el emprendimiento y la innovación pueden ser la mejor forma de llevar a nuestra economía al punto donde debería estar, además de una apasionante manera de desarrollar nuestra carrera profesional. Sin embargo, aún nos queda mucho camino que recorrer, y para ello no hay más que fijarse en cómo se apoya en otros países.
Tomemos el ejemplo de Finlandia. Un país de poco más de 5 millones de habitantes, donde lo más conocido es la gigantesca Nokia, aunque ahora venida a menos. Quizá no todo el mundo sepa que en Nokia, para fomentar la creatividad y el emprendimiento, dan varias horas semanales a sus empleados para que se dediquen a pensar y desarrollar nuevas ideas, ya sea para la empresa o para ellos mismos; y no sólo eso, sino que luego les apoyan económicamente para llevarlas a cabo. Pero es que si dejamos las oficinas del gigante de las telecomunicaciones y nos vamos a su gobierno, la mentalidad es la misma. Por ejemplo, resulta sorprendente que en la última visita a España del Primer Ministro de Finlandia, el Sr. Jyrki Katainen, el día 11 de Septiembre, tuvo el detalle y el interés de dedicar 30 minutos de su apretada agenda a inaugurar AREA 31, la nueva incubadora de Startups del IE Business School; justo antes de acudir a una reunión con la Vice-Presidenta Soraya Sáenz de Santamaría, y a continuación con el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Esto muestra el interés del gobierno finlandés por los emprendedores. Ojalá calase esta actitud entre nuestros gobernantes.
Durante su discurso, el Sr. Katainen argumentó que una forma de fomentar la innovación en su país es por medio de la educación personalizada en la escuela: cada profesor adapta el ritmo de aprendizaje del alumno, tanto si es un alumno rápido y ávido por aprender, como si necesita más tiempo para asumir conceptos. Esta filosofía choca frontalmente con la que hay instaurada en las escuelas de nuestro país. Sin afirmar ni desmentir que este método sea mejor, desde luego habría que analizar si es una de las causas del éxito de la educación nórdica. También comentó que su gobierno ha adoptado medidas de apoyo a emprendedores, como incentivos fiscales a inversores y financiación de apoyo al emprendimiento. En España ha habido movimientos que han solicitado medidas parecidas a nuestros gobernantes, con el objetivo de potenciar la creación de empresas y de esta forma dinamizar la economía. Sin embargo, de momento han caído en saco roto.
¿O quizá no? Al parecer, el Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, está preparando un programa de ayuda para emprendedores inspirado en la estrategia seguida por Israel, uno de cuyos pilares fundamentales es utilizar dinero público para inyectar capital en startups. Esas inversiones se canalizarían a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que a su vez obtendría la financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI). De esta forma, el propio Estado se convertiría en un business angel. Además de esto, los inversores privados también podrían inyectar dinero sin apenas trabas, una vez que las empresas sean acreditadas para formar parte del programa. En principio, el programa podría movilizar hasta 6.000 millones de euros al año.
Pero, ¿porqué Israel? Históricamente, Israel ha sido un estado sometido a un entorno de una gran presión internacional, especialmente de los países de su entorno, además de no tener recursos naturales. Al margen de las cuestiones políticas, que no son objeto de análisis de este artículo, ambas circunstancias han obligado a sus habitantes a permanecer constantemente alerta e innovando para poder defenderse e ir un paso por delante de los demás. Esto ha hecho que Israel sea el primer país del mundo en inversión en I+D, con el 4.3% del PIB, según datos del Banco Mundial para el año 2010, último año registrado. Como dato comparativo, en ese mismo período, Finlandia dedicó el 3.84% de su PIB, Japón el 3.5%, EEUU el 2.8%, la media de la Unión Europea el 2%, y España el 1.38%. Otro dato esclarecedor: de las empresas que cotizan en el NASDAQ, el índice de empresas tecnológicas americano, más de 130 son israelíes, entre públicas y privadas, cifra que deja en entredicho a países con una población y PIB mucho mayores; Japón tiene alrededor de 20, Reino Unido 5 y España ninguna.
La clave israelí son sus facilidades para invertir en investigación. Más del 50% de las inversiones proceden de capital extranjero en un país que apenas supera los siete millones de habitantes. Definitivamente, si hay que fijarse en un modelo, creo que el modelo israelí está bien elegido. Ahora hace falta que se copie bien y que funcione en España.
Carlos Marqueríe, fundador de 4Innovation (4i), se dedica a buscar un punto de encuentro entre las innovaciones de emprendedores israelíes con las necesidades de las multinacionales españolas. «La innovación deber ser disruptiva y generar un aumento del beneficio o una reducción de los costes», según Marqueríe, que es MBA por IE Business School. Marquería habla de su experiencia en Israel en los siguientes términos: «En España no hay sentido de la competitividad, está basado en pedir ayuda a Papá Estado y los experimentos se hacen con gaseosa, no se investiga para tomar ventaja», mientras que en Israel «se montan startups para salir a Bolsa y captar inversiones; nadie se plantea pedir ayudas». «Allí es más importante el empresario que la empresa», apunta, lamentando que aquí, al cerrar un negocio, «todo son dificultades para intentarlo de nuevo», tanto de la administración como de los fondos de inversión. En Israel «los inversores desconfían del chaval de 20 años que quiere montar su primer negocio, prefieren apostar por alguien que tiene la experiencia pese a haber fracasado varias veces antes al intentarlo», afirma.
Ante la pregunta de cuál es el papel de España en una economía globalizada, Marqueríe apunta que «España debe quedarse en la integración industrial, donde somos buenos»; es decir, las empresas deben aprovechar el gancho con América e hilar con las posibilidades que dan las fábricas de Asia y la investigación de los países punteros. «Eso o sólo turismo», advierte.
Pero no sólo Carlos Marqueríe y nuestro Ministro Luis de Guindos miran hacia Israel como reflejo para mejorar nuestro modelo económico. Hace ya unos meses que parte de la ejecutiva del IE Business School, junto con Wayra, la aceleradora de startups de Telefónica, llevan visitando asiduamente Israel y reuniéndose con personalidades locales, no sólo para recoger ideas, sino también para establecer lazos de colaboración con empresas y administraciones de ese país. «En el último año he visitado Israel cuatro veces por razones profesionales. Como profesor en el IE Business School y ahora como Director de Wayra España, pensaba que era importante llevar nuestros emprendedores a Israel», explica Gary Stewart, director de la incubadora de empresas de Telefónica. Stewart asegura que «para muchos emprendedores europeos, Israel es como el Disneylandia de emprendimiento y es mucho más asequible que Silicon Valley». También Liz Fleming, directora adjunta del Venture Lab, el laboratorio emprendedor del IE, explica que la escuela de negocios «ha venido a Israel para aprender su ecosistema empresarial». Marte Marín, antiguo alumno y actual emprendedor, les ha acompañado en este viaje y, al ser preguntado acerca de los israelíes, destaca que «presentan idea tras idea, y todas son increíbles». Lo que más sorprendió a Martín es el negocio que Israel ha montado alrededor del concepto Startup. Según él, «están exportando la idea como si fuera una industria más».
Wayra inició su andadura en junio de 2011 como una factoría de startups con el sello made in Spain. Con este proyecto, Telefónica proporciona soporte financiero, respaldo tecnológico e infraestructuras, junto con una red de mentores, ayuda en la gestión y un espacio físico en el que trabajar. Sin embargo, es el emprendedor el que mantiene el control y la capacidad de decisión sobre su proyecto. En la misma línea que Telefónica, el IE acaba de inaugurar AREA 31, un espacio de coworking que actuará como incubadora de startups. El plan incluye un acuerdo con la Universidad de Tel Aviv y con StartTau para no sólo intercambiar estudiantes y mentores, sino también crear un espacio de intercambio entre proyectos del IE e Israel.
Elad Cohen, responsable de desarrollo de negocio de StarTau, afirma que «la conexión entre Madrid y Tel Aviv está en su mejor etapa. Creemos que los beneficios que pueden surgir del enlace de estos dos ecosistemas puede llevarnos a fuertes cambios y a mejorar las posibilidades de desarrollo de los emprendedores. Queremos seguir trabajando a nivel global, conectando este espíritu en otras ciudades del mundo, de la misma forma que lo hicimos con el IE y Wayra».
Esperemos que estas iniciativas, tanto privadas como de la Administración, den sus frutos, y contribuyan a transformar el modelo económico español, antiguamente basado en el ladrillo y el turismo, en un modelo del siglo 21, basado en la innovación y el desarrollo. Sin embargo, estas iniciativas, por interesantes que resulten, no serán suficientes per se, sin cambios también en nuestro modelo educativo, que hagan a nuestras universidades mucho más flexibles y más ligadas al mundo empresarial.
* Imagenes de elEconomista.es y elmundo.es.
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La innovación es principalmente fruto de muchisimo esfuerzo y de un trabajo arduo y sistematico. La mayor virtud que exige es la persistencia