La deuda en España, ¿es posible una nueva estructura económica?
Imagínese una joven pareja donde ambos trabajan, y juntos suman unos ingresos mensuales de 2.500€. A su vez,, tienen que pagar la hipoteca a 40 años que asciende 989,91€ mensuales, la letra del coche que son 251,46€, el crédito universitario, que ella aún sigue pagando al banco por un total de 362,15€. Además tienen que sumar el pago de la tarjeta de crédito que este mes es de 302,11€. En otras palabras esta joven pareja está tiene un endeudamiento que asciende a 1905,63€, aproximadamente al 76% del total de sus ingresos. ¿Puede esta familia crecer y tener un hijo? ¿Qué sucedería si tuvieran algún pago inesperado? ¿Creen que están viviendo por encima de sus posibilidades?
En términos macroeconómicos España se encuentra en una situación muy parecida. La fuerte caída de los ingresos y la necesidad de financiar el abultado déficit, nos ha hecho recurrir de forma masiva al endeudamiento. Según datos oficiales en el segundo trimestre del año, la deuda del Gobierno central, las comunidades autónomas, los ayuntamientos y la Seguridad Social siguió su línea ascendente iniciada en el 2011 y se situó en 804.400 millones de euros, lo que representa un nuevo máximo histórico; un 75,9% del Producto Interior Bruto.
Hace no muchos años, España, al igual que otros países como Alemania, presumía de buenas y generosas cosechas; el alemán medio tenía un viejo tractor y un viejo coche, al igual que el típico español. Fue entonces, con lo obtenido por las cosechas, cuando el germano decidió cambiar el tractor manteniendo el coche viejo. Nosotros, en cambio, decidimos mantener el viejo tractor pero nos compramos un Mercedes. ¿Invertimos mal el dinero de nuestras bondadosas cosechas? ¿Estamos pagando hoy nuestros excesos?
Tal vez alguien debió recomendar a la joven pareja que ahorraran algo de dinero antes de emprender una vida juntos para así, aun en caso de necesidad, pudieran seguir creciendo y prosperar. En el caso de España sería absurdo mencionar el ahorro, como solución al endeudamiento, puesto que es evidente que prácticamente toda riqueza que genere la economía de nuestro país pasará a manos de nuestros acreedores por lo menos en el corto y medio plazo.
Dos de los economistas más prestigiosos del mundo, Joseph Stiglitz (Nobel de Economía 2001) y Paul Krugman (Nobel de Economía 2008) coinciden que la solución no debe estar basada solamente en recortes si no en una combinación de políticas de crecimiento. La necesidad de España en cambiar su estructura económica, basada principalmente en el turismo y lo que fue la España del ladrillo, es inminente. Una reestructuración económica enfocada simplemente en recortes solo conseguirá una mayor diferenciación entre las clases sociales, donde los pobres serán más pobres y los ricos más ricos, según estos economistas.
Mediante políticas de crecimiento debemos impulsar industrias, que no existen o que desgraciadamente carecen de medios, como la investigación y el desarrollo y así no solo crearíamos empleo beneficiando a todos aquellos profesionales, que buscan fuera lo que no encuentran en casa, si no que nos convertiríamos en un país mucho más competitivo capaz de retener el talento y afrontar recesiones económicas de una manera completamente distinta. ¿Es hora de que hagamos como el alemán y compremos un tractor?
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Grave error. Sólo el ahorro hará posible disminuir el endeudamiento del sector público y privado. Cualquier política del Estado para estimular la economía implica más impuestos, y por tanto, menos ahorro. El dinero tiene que estar en las familias y en las empresas.
Que el español se comprara un Mercedes fue gracias a políticas de estímulo de la economía (plan renove), aquí descritas como salvadoras. Entre otras: PlanE, primas a energías renovables o hipotecas de riesgo permitidas por bancos centrales para engordar la burbuja. Estas políticas son las que nos han hecho seguir en el hoyo.