¿Se puede aplicar la filosofía Budista a los negocios?
Las escuelas de negocios están comenzando a adoptar una práctica que se está haciendo muy popular en el mundo empresarial: la enseñanza y el estudio de la atención. En particular, se está empezando a enseñar técnicas budistas para aumentar la conciencia sobre uno mismo y el entorno de uno mismo.
En varios programas MBA ya existe la posibilidad de cursar asignaturas que permiten aumentar la concentración en situaciones de estrés. Estas habilidades son cruciales para aquellos que esperan tener éxito en un entorno cada vez más frenético donde muchas decisiones se toman de forma impulsiva sin haber analizado correctamente todos los factores afectando al problema en cuestión. Si bien la idea de la concentración total se basa en la práctica de la meditación budista, las escuelas que se han decantado por enseñar estas técnicas dicen que lo que enseñan no es simplemente una solución espiritual para ejecutivos, sino una forma de limpiar la mente y tomar conciencia de las reacciones emocionales que pueden dar lugar a tomar decisiones erróneas.
En la escuela de negocios suiza IMD, en las clases de liderazgo del profesor Ben Bryant, los estudiantes aprenden técnicas para concentrarse en su respiración y ser más conscientes de los sonidos y sensaciones que los rodean. Según el facultaltivo ésto les puede ayudar a que aumenten la concentración en la oficina o en una reunión. Según Bryant, «vale la pena pararse de vez en cuando y recapacitar sobre la estrategia que sigue la compañía». Especialmente indicada para los directores generales, la meditación podría ayudarles a darse cuenta de esas pequeñas cosas que son las que realmente provocan un efecto dominó en la empresa.
Otros profesores, como Jeremy Hunter de la Peter F. Drucker y Masatoshi Ito Graduate School of Management, creen que la meditación como medio para aumentar la atención es primordial dentro de la enseñanza de las escuelas de negocios. Así, todas sus clases empiezan por una breve meditación por parte de los estudiantes, seguido de una discusión de como las emociones individuales pueden afectar a las decisiones que se toman. En definitiva, se trata de mejorar la calidad de la concentración en el lugar de trabajo y por tanto, la productividad.
Por último, incluso en la Harvard Business School se han echo eco de estas técnicas. El profesor de liderazgo William George se centra en ayudar a los estudiantes a entender mejor sus emociones. Y es que el profesor George ve fundamental para llegar a ser un buen ejecutivo el conocerse a si mismo. Así argumenta que no es una falta de inteligencia lo que lleva que los ejecutivos a tomar malas decisiones, sino la falta de conocimiento sobre como los sentimientos pueden influir en sus decisiones.
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